miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cuando pa' Chile me voy

Cuando para Chile me voy me encuentro con mis tres hijos mayores.

Recuerdo bien que cuando dejé de trabajar en el PNUD y vivía solo, mi amigo Tato me puso su hombro para llorar de pena y de frustración y me dijo: "no llores, no te hace bien, no verás a tus hijos (que en esa época eran muy niños) todos los días, pero cuando los veas tu visita será tan intensa que compensará el tiempo que no los has visto".

Han pasado más de 17 años desde que dejé de vivir con ellos, me perdí muchos cumpleaños, navidades y días comunes y corrientes. Pero nunca nos desvinculamos. He necesitado tanto de su amor como creo que ellos han necesitado del mío.

El mayor de mis hijos, a sus escasos 15 años, decidió venir a vivir conmigo a Lima. A partir de ahí, los dos la pasamos juntos. Cuando creció, se fue a vivir a uno de los dos departamentos que mi mamá hizo en el jardín de su casa. Hasta que hace dos años resolvió regresar a Chile.

Estoy en vísperas de visitar Chile nuevamente, como lo he hecho cada vez que he podido. Estoy seguro de que va a ser una visita de una intensidad incomparable. Voy a conocer a mi nuevo nieto, y voy a tener la oportunidad de volver a acariciar a Juan Pablo, que tiene 5 años y es una bala perdida. Voy a ver a los amigos que dejé: Tato, Elsa, Marcelo, Coca, Roberto, Maggie. Voy a ir a visitar a mis exvecinos. Y probablemente conoceré a mis amigos bloggers, si ellos lo permiten.

Así que les deseo a todos los que me leen unas lindas fiestas y que el año que viene les traiga todo lo bueno para ustedes y los que más quieren. Si no saben de mí en algunas semanas, ya saben dónde estoy.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Agua por todas partes

Ayer domingo 27 de noviembre, me ocurrió algo que no se lo deseo a nadie.

Resulta que a eso de las cuatro de la mañana, necesité de la enfermera que me ayuda de noche. Cuando en eso escucho su voz que, alarmada, me dice "Doctor, doctor, el agua me llega a los tobillos. El departamento está totalmente inundado".

Efectivamente, los cuatro dormitorios, la sala, el,comedor, los tres baños, la cocina, el patio, el escritorio. Todo, absolutamente todo el departamento estaba lleno de agua. Lo que había pasado era que se había roto una tubería de la cocina. De los tomacorrientes salían chispas, y de todos los ladrones (cables extensores) salían chispas y humo. Eso quería decir que el agua podía estar electrizada. Le advertí a la enfermera que no pisara el suelo pues se podría electrocutar, pero me contestó que si no le había pasado antes, ya no le iba a pasar.

Gracias a Dios, era agua limpia.

Inmediatameente apagamos la llave general de luz. Llamamos al portero para que cerrara la llave general del agua, que de pura desesperación la chica no encontraba. Al cerrar la llave de agua, con el portero y la enfermera mojados prácticamente de pies a cabeza, se verificó que la inundación era total. A mayor abundamiento, cuando quise llamar por teléfono (imagínense, a las 4 de la mañana), el teléfono inalámbrico estaba totalmente descargado porque el agua había mojado el enchufe. Felizmente, sin mayores consecuencias.

Total, desde mi celular llamé al gasfitero, quien a esa hora me contestó sin dudar. Como vive muy lejos, le dije que se tomara un taxi y viniera a mi casa inmediatamente. Además de ser gasfitero es mi amigo, así que acudió a mi llamada tan pronto como pudo. Llegó a la casa a eso de las 5 am. En ese lapso, el portero y la enfermera se habían encargado de barrer hacia el patio y de ahí a las cocheras de mi edificio, toda el agua. Eso era casi una misión imposible.

Pensé en llamar a los bomberos, pero me pareció que no me iban a hacer caso. Después pensé en llamar a la policía, cosa que también descarté. Opté por llamar a mis tres taxistas amigos, a fin de que vinieran a ayudarme a sacar el agua. Y cuando llegara la hora en que las tiendas estuvieran abiertas (¡en domingo!), fueran a comprar lo necesario para las reparaciones. De los tres, solamente uno estaba en servicio, y se constituyó en la casa en el término de la distancia. Justamente fue el más habilidoso, al menos para estos avatares, y se puso a dirigir las operaciones con bastante acierto. Empezaron a sacar las alfombras, empapadas completamente, y a extenderlas en la cochera. Desenchufaron todo lo que pudieron.

Antes de seguir, debo mencionar que el piso de la casa es de madera laminada, esa que no se debe mojar. El agua ha hecho que se levante todo. El piso lleno de grumos, como burbujas dentro de las láminas.

Tres horas después, cuando terminaron de sacar el agua, partieron el taxista con el gasfitero a comprar el repuesto de la pieza que había causado todo el estropicio, con sus respectivos insumos. En ese momento, comencé a enchufar los aparatos eléctricos, a fin de verificar que computadora, televisor, CD, DVD y demás estuvieran funcionando. Descubrimos que todos los cajones de la cocina estaban llenos de agua, los cajones de más abajo y los de más arriba (a casi un metro de altura. ¿Cómo llegó el agua hasta ahí? No tengo idea).

Hoy, el día siguiente, hay que reorganizar todo: poner en orden la casa, regresar las cosas a su sitio. En fin, todo lo que hay que hacer para dejarla habitable nuevamente.

Como alguna vez dije, prefiero hacer del menos un más. Voy a tener las alfombras limpias y un piso nuevo.

martes, 22 de noviembre de 2011

El fundo del tío Felipe

Mi madre era de Chincha, una pequeña ciudad ubicada a 200 km al sur de Lima, distancia que se hace fácilmente en una hora y media. Mi padre tenía un auto marca Jaguar, auto inglés de color verde y con interior de madera. Era el "Rolls Royce en serie" según mi papá, que estaba orgullosísimo de tener una de máquina de las que había muy pocas en Lima.

Todos los meses, mis padres escogían un fin de semana para visitar a la familia y a los amigos y el sitio de encuentro era el fundo del tío Felipe. Era un fundo de unas 250 hectáreas donde se sembraba algodón, que al momento de la cosecha parecía un manto de nieve.

El mayordomo se llamaba Antonio y era el hombre orquesta pues hacía de todo. Y yo ahí, junto a él siempre. Como cuando ordeñábamos a las vacas. Antonio también hacía la mantequilla y el queso. Nos levantábamos a las 5 am para efectuar todas esas faenas, y conmigo como ayudante, el desayuno estaba listo para las 7:30 am en punto, luego de que pasara el panadero en su burro portando sus sacos de pan calentitos. Siempre le comprábamos dos sacos de pan, que con la leche recién ordeñada, la mantequilla recién hecha y el queso preparado el día anterior era un verdadero manjar de los dioses. Esto hubiera hecho las delicias de mi amigo Renzo.

Después del desayuno, salía yo a la chacra a jugar con los hijos de los peones de la hacienda. Jugábamos a las escondidas entre los matorrales de algodón. También jugábamos a la yunza, sin cansarnos nunca. Montábamos a caballo y escuchábamos las tenebrosas historias de Juan Joya, el joven tractorista que años después fuera famoso jugador de fútbol del Club Alianza Lima y que creo que llegó a pertenecer a la selección peruana. Pero ese dato lo tendría que confirmar mi amigo Esteban Lob, blogger que de fútbol sabe más que las arañas.

Y así pasábamos el día.

Los domingos, Antonio preparaba un cochinillo al palo que devorábamos chicos y grandes, y que regábamos con un vinito que se hacía en la hacienda del costado.

Esta fue una costumbre que se repitió durante años hasta que el tío Felipe vendió el fundo.

Pero ahí no termina la historia. Lo demás es muy penoso, pues quien compró la propiedad era uno de los amigos que frecuentaba las reuniones semanales. Con la Reforma Agraria impuesta por el gobierno militar (1968-1980), surgió un organismo que manejaba el cruel aparato del gobierno militar llamado Sinamos (Sistema Nacional de Movilización Social). Esta entidad mandó rayar las dos pistas de aterrizaje que tenía el fundo para que no pudieran aterrizar las avionetas que arrojaban el arseniato que protegían el algodón de los bichos. En un enfrentamiento muy violento con armas de fuego entre los hacendados y el Sinamos, al nuevo dueño de la hacienda de tío Felipe le cayó un balazo y...

Recuerdos de una niñez feliz que no se irán jamás.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Olor a primavera

El otro día pasé por un parque y sentí el olor a césped recién cortado, a plantas y flores que volvían luego de uno de los inviernos más duros que he pasado en los ultimos tiempos.

Ese particular aroma me remontó a mis 14, 15 y 16 años ("juventud, divino tesoro") cuando el entonces nuevo local de mi colegio estaba en construcción sobre un terreno inmenso sembrado de grass japonés. Los pabellones donde se ubican las aulas están dispuestos de tal manera que no importa dónde sea tu asiento dentro del salón, puedes ver los jardines que rodean todo el colegio. Los ventanales eran inmensos, y siguen siéndolo. Cuando se abrían las ventanas, el olor a césped mojado recién regado, el de las plantas y flores lo inundaba todo. Para mí, era la primavera que se anunciaba.

Ese olor tan particular, que conforme pasaban los días era más penetrante, producía en mí sensaciones diversas. Entre otras, un profundo bienestar, me daban ganas de estudiar más, lo que me caía de perillas pues los exámenes de fin de año se venían al galope. También sentía ganas de hacer cosas fuera de lo común, y terminaba llevándole flores a la estatua de la Virgen. Tenía una sonrisa que no se me borraba nunca, conseguía un nuevo amor, todos los días me presentaba con el uniforme impecable. Llegaba noviembre y ya me había transformado en todo un Lord inglés.

Y como todo un Lord me presentaba a los exámenes finales, donde jamás fui reprobado.

En ese preciso instante me desperté de mis recuerdos, me paré de la silla de ruedas y me puse a caminar.

domingo, 30 de octubre de 2011

Carta a Rosario

Estimada Rosario:

No tengo el gusto de conocerte, aunque quién sabe si nos conozcamos algún día. Sean estas breves líneas para decirte que admiro tu tranquilidad y compostura. Eres una niña que ha sido condenada por homicidio por un pueblo que se ha olvidado de que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario.

Yo no sé si tú has tenido algo que ver con la muerte de Ciro. Las investigaciones que lleven a cabo el Ministerio Público y el Poder Judicial terminarán (ojalá) por llegar a lo más cercano a la verdad.

Te cuento que estos en estos doscientos seis días he sentido que vivía en la etapa más oscura de la historia del hombre, la Edad Media, época en que las ejecuciones era públicas. Donde se condenaba sin prueba alguna a inocentes, donde el terror era el alimento diario y donde el pueblo, dentro de su ignorancia, hacía fiestas alrededor de la sangre.

No acuso desde ningún punto de vista al doctor Ciro. Creo que es un padre ejemplar, que llegó al límite de la resistencia humana para encontrar a su hijo. Y lo encontró. Yo hubiera hecho lo mismo, porque no es natural que los hijos mueran antes que los padres. Admiro la cordura de la madre y de los hermanos, que supieron llevar estoicamente tan terrible dolor.

Pero de ahí a que más de 10 mil seres reciban los restos de un muchacho (que se ha hecho conocido por el levantamiento de la noticia de parte de los medios con la finalidad de vender más o por el rating) griten casi a una sola voz "Ciro es un ángel, es un santo. Rosario es una maldita asesina", agitando sus blancos pañuelos en una actitud descomunalmente histérica es otro cuento.

En definitiva, un pueblo ignorante (que no es un insulto, sino una palabra que significa no saber o no entender) te ha condenado por un delito que es posible no hayas cometido. Ya que la presunción de inocencia, derecho fundamental de la persona, no ha existido para ti.

Para terminar me dirijo a usted doctor Ciro, tratando de comprender su dolor, lamentando profundamente la muerte de su hijo. No vuelva a repetir que el terremoto del último viernes se produjo porque en ese preciso instante se estaba a enterrando a su hijo. Eso, mi muy estimado doctor, es una blasfemia y no una verdad. No se contagie de los medios. Guarde usted su luto lo mejor que pueda, pero basta de culpar sin prueba alguna a una niña-mujer cuyo único delito, hasta el día de hoy, ha sido haber sobrevivido a una tragedia.

viernes, 28 de octubre de 2011

Sinlogismos(*) y preguntas

La luna es triste porque tiene su lado oscuro...

La soledad es una peligrosa compañera...

Entre políticos se entienden...

La hipocresía es el tónico de los imbéciles...

La mentira es la peor de las verdades...

Adan nació de una costilla de Eva...

El mejor invento de Dios: la mujer...

Saturno es el planeta árabe. Tiene muchos anillos...

A los pianos les gusta las mujeres de mucha edad: están llenos de teclas...

¿Cómo se llamará el perro del hortelano?

Al hombre que sabe tejer, jamás le dará un infarto...

Casi todo lo que es rico, es pecado...

Hay amigos que se portan como animales y hay animales que se portan como amigos...

El violento es un cobarde con máscara...

¿Por qué hay cobardes y no cobardas?

Detrás de una gran mujer, hay un hombre muy pequeño...

¿Dónde están tus hijos en este momento?

No ames tanto, nunca serás correspondido igual.

¿Cómo será la cabeza del chorlito?

¿Quién es la mamá de los sobrinos del Pato Donald?

Los caballos que más corren son los de los bandidos...

¿De dónde sacó la plata Rico Mac Pato?

¿Por qué al bueno nunca se le acaban las balas?
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(*) La palabra sinlogismo la inventó Luis Felipe Angell, periodista peruano más conocido como Sofocleto. Según él, un sinlogismo son ideas llevadas a la máxima condensación conceptual e idiomática que rompen esquemas dando una nueva forma a la verdad.
Los sinlogismos presentados en este post son de mi exclusiva creación. Cyrano.

jueves, 6 de octubre de 2011

Una nueva aventura

Otra de Escoba, Bacín y Trapo.

Ayer, a eso de las diez de la mañana, Bacín recibió una llamada de Trapo en la que le dijo que sintonizara un determinado canal de televisión pues estaban entrevistando a la dueña de una nueva tienda de dulces para diabéticos.

Recuérdese que Bacín, además de Parkinson, tiene diabetes.

Al lado de Bacín estaba Escoba, quien escuchó la respuesta: "¿para qué sintonizar el canal? Hay que ir inmediatamente. ¿Tienes la dirección?" Trapo contestó que si, entonces quedaron en verse una hora después para ir, junto con Escoba (porque los tres son unos tragones), a la nueva tienda que quedaba bastante cerca de donde viven los tres.

Así que una hora más tarde, Trapo se apareció y partieron todos en búsqueda de la Cueva de Alí Babá. Llegaron al lugar y, por supuesto, no había lugar para estacionar. Después de una serie de infructuosas vueltas, se determinó que bajara Escoba a hacer labor de reconocimiento del tipo, cantidad, calidad y precio de los dulces. Como sabemos, para Bacín significan doblones de oro.

Al terminar el reconocimiento de la tienda, Escoba salió con una sonrisa de oreja a oreja e informó: "hay de todo: torta de chocolate, pie de manzana, muchas variedades de galleta, mermelada, trufas de chocolate, milhojas, tartaletas. Bacín, ¿qué quieres que compre?" Mientras tanto, y como siempre, Trapo se había bajado del auto y estaba conversando con un policía mientras fumaba, ya que Bacin tiene terminantemente prohibido fumar dentro del auto.

La decisión fue una torta de chocolate y un paquete de galletas surtidas de 100 gramos. Claro que, también como siempre, Escoba se hizo amiga de KF, la dueña de la tienda. KF le dijo que en verdad no vende la torta por porciones, pero que ese día en particular la estaba vendiendo así porque la había tenido que partir para el reportaje en televisión, que fue el que había visto Trapo un rato antes. Nota del autor: creo que debería venderse, aunque sea por mitades.

Escoba le contó a KF que Bacín prefería no bajar, pues se le complica movilizarse, sobre todo en ese momento, en que se encontraba en una hora off. Entre charla y charla, KF le envió de regalo unas muestras a Bacín "para que regresara pronto a la tienda".

Escoba volvió al auto con un paquete de galletas con yapa, trufas y una super porción de torta de chocolate. Bacín optó por darle una sola galleta a cada uno de sus acompañantes, porque para eso es un tacaño como le dijo Trapo, y se guardó el resto del botín para él solito.

Ya en la tarde, Escoba le preguntó a Bacín qué tal había estado la torta y la respuesta fue un contundente "deliciosa, igual que todo lo demás". Entonces Bacín dijo que le gustaría llamar a KF para agradecerle personalmente por tan rico placer. Cuando supo el apellido de KF, Bacín retrocedió más de 55 años, a la época en que tenía tres años, y dijo: "yo tenía un tío de cariño, OF, que vivía en mi casa y era purser de una aerolínea internacional. Me quería mucho, siempre me traía regalitos de sus viajes. Por supuesto, yo lo adoraba". Hay que aclarar que el apellido de K y del tío O no es un apellido precisamente común, es más, ni siquiera es un apellido castellano. Hay que aclarar también que Bacín no puede precisar si el tío OF vivía porque alquilaba una parte de su casa o si era muy amigo de sus padres y por eso le permitían quedarse con ellos el tiempo que pasaba en Lima.

Bacín recuerda al tío OF como un hombre delgado, al que veía altísimo, muy agradable de trato, siempre sonriente, siempre uniformado. El tipo de persona que genera que los niños se le acerquen sin miedo y con total confianza. Bacín lo tiene tan presente que no ha necesitado nunca que le hablen de él para tenerlo en sus recuerdos.

Cuando lograron comunicarse, Bacín felicitó a KF por sus dulces y le agradeció la cortesía de mandarle las yapitas. Entonces, le contó de su tío de cariño OF, y le preguntó si era algún familiar suyo y KF le dijo: "es mi papá". Bacín se quedó sin habla por unos segundos y solamente atinó a preguntar: "¿vive?" La respuesta fue "mi papi murió en los 70". Los dos se pusieron muy emotivos por la coincidencia tan grande y los recuerdos que les traía OF. Después de un intercambio de anécdotas, KF le ofreció la tienda entera a Bacín, que ni corto ni perezoso, aceptó.

Bacín siempre ha tenido la idea de abrir una tienda con productos para diabéticos, pero ayer mismo descartó la idea. No sabe si por no hacerle competencia a KF o si es porque ella ya le ofreció la tienda entera.

Cosas simples que pasan, coincidencias de gente que se encuentra en un día (ni tan) común y (ni tan) corriente.

lunes, 3 de octubre de 2011

Mea culpa

El otro día, me encontraba solo pensando sobre la violencia que ha atrapado, como cocodrilo a su presa, a la gente que habita los países de nuestra región. Robos, asaltos, saqueos, maltrato familiar, abuso de niños, homicidios, secuestros y cuántas cosas más. Hechos que suceden todos los días y a toda hora.

Hay violencia en el deporte, en la educación, en la religión, en la política, en la familia, etc. La sociedad vive inmersa dentro de esto, en definitiva, la "cultura" de la violencia.

Casi no hay familia que no haya sufrido los irremediables daños que estos actos producen. Y a pesar de todo, y esto para mí es lo peor, ¿qué estamos haciendo nosotros para evitarlo? ¿O es que ya nos hemos acostumbrado tanto al mal que ya no nos llama la atencion? Estamos como los fisiócratas: "dejar hacer, dejar pasar".

¿Qué hacer frente a esta locura colectiva? Pues no son pocas las personas que asumen que el problema es tan grande y tan grave que se ven superados por la violencia. Creo que parte de la solución está en la actitud que tomemos hacia el prójimo. ¿Cuándo fue la última vez que le dijimos a nuestra pareja"te quiero, vieja", la tomamos de la mano, la sentamos en "nuestro" sillón preferido y nos pasamos unos tres minutos haciéndole un cariño que te salga de esa alma buena que tienes pero que la escondes porque crees que, si la sacas a relucir, "la gente" va a pensar que eres un idiota hondo y lirondo? Y tú, mujer, ¿recuerdas la última vez que lo despediste desde la ventana cuando partía a su trabajo?

Y junto a mi compañera soledad, me seguía preguntando, incluyéndome por supuesto, ¿cuándo fue la última vez que llamé al amigo enfermo para preguntarle sobre su salud? ¿Acaso me he tomado el tiempo de ir a visitarlo para hacerle compañía? Pues su soledad, considero, es la peor de todas, ya que durante semanas no lo visitan ni las moscas.

¿En qué momento de nuestras vidas le hemos pedido perdón a alguno de nuestros hijos cuando le hemos hecho una porquería grandota de aquellas que guardarán en sus corazones durante toda su vida?

Y así muchas otras preguntas más, pero no quiero cansarlos. Además estoy casi seguro de que ustedes tomarán la posta en esta especie de ejercicio mental.

No digamos ni busquemos las causas de la violencia en los demás, busquémoslas en nosotros mismos.

Para mí, la violencia es la falta de amor, mejor dicho, la falta de saber dar y sobre todo de recibir amor.

La famosa cantautora peruana doña Chabuca Granda, autora y compositora de "La flor de la canela", una canción que ha dado la vuelta al mundo, solía repetir: "quiéranme viva". No le faltaba razón. Dios quiera que reflexionemos sobre el tema, pues la suma de pequeños actos de amor contrarrestra la violencia.

Aprendamos a querernos vivos.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Sin palabras

A continuación transcribo el contenido de un e-mail que me mandó mi prima Polly, habitual comentarista de este blog, sobre sus impresiones al ver la casa de las 20 ventanitas, convertida ahora en cimientos para algún gran edificio seguramente:
Querido primo:

Estuve en Lima hace unas dos semanas por unos 8 días, cinco con un resfriado horrendo y el resto terminando un contrato de traducción. Pero en el medio de esto pude disfrutar momentos muy lindos en la casa con mi mami pero me faltó la tranquilidad para encontrar un tiempo para visitar aquellos que me son queridos…será para la próxima.

Pero además de decirte esto, quería también compartir contigo lo que nos causó el ver la pared de la casa de ustedes en Miraflores. El último día me fui con Ursulita
caminando hacia el mercado indio, cosa de llegar a Montreal con algún regalito para los míos, y llegando a la casa de ustedes nos dimos con el único vestigio que quedó, la pared limítrofe con el vecino, en la cual se veía claramente el gran ventanal que subía hacía el segundo piso, las paredes de color amarillo ocre de los cuartos con sus entradas eléctricas y la parte de la pared azul del patio. Ursulita y yo nos quedamos un buen tiempo reconstruyendo todo el segundo piso, muebles, objetos, quién dormía dónde, las remodelaciones de tu mami, y caímos en la nostalgia de saber que ya toda una época desaparece, que nunca será como antes. Continuamos nuestro recorrido con el corazón denso para encontrarnos en frente de la casa donde viví de chiquita, contentas de ver que todavía la casita y la quinta adyacente existían aunque el bodeguero que se instaló ahí ha pegado unas calcomonías espantosas en el piso de mármol de lo que era la sala…

Un besote

Polly
Gracias Polly. Me has dejado helado... y sin palabras.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Héroes anónimos

Hace pocos días en el VRAE, el Valle de los ríos Apurímac y Ene, patrullas de fuerzas especiales estaban cumpliendo con su misión de efectuar maniobras, realizando operaciones contraterroristas en la región de la margen izquierda del río Mantaro, en la cima de de la quebrada de Chorobamba (San Martín de Pangoa). Aproximadamente a las cinco de la tarde, el helicóptero MI-17 EP-617 sufrió una cobarde emboscada narcoterrorista con armas de largo alcance en momentos en que hacía una extracción de heridos. En la nave mencionada había alrededor de 13 efectivos, más la tripulación. A raíz de este ataque, fallecieron el piloto Comandante EP Esneider Vásquez Silva y el Capitán EP Jenner Vidarte Campos.

Más atrás, dentro de la cabina, se encontraba el oficial EP Jorge Matallana, quien resultó herido gravemente en el rostro y en un ojo debido a las esquirlas de las balas que cayeron dentro de la nave. Al darse cuenta de que el comandante y piloto del helicóptero había fallecido, el oficial Matallana tomó su lugar, con lo que evitó que la nave cayera y logró, en un caso sin precedentes, aterrizar y salvar la vida de los otros trece heridos y de la tripulación.

El valor y coraje del oficial Matallana hicieron que se convirtiera en un héroe más en la lucha de nuestras Fuerzas Armadas contra el narcoterrorismo, que cada día es más difícil de combatir por la calidad y cantidad de armamento cada vez más sofisticado que compran los terroristas con el dinero de los narcotraficantes. Esto es un peligro para el país y la región entera.

Mientras hay hombres luchando por la patria y que salen del anonimato solamente cuando mueren, en la capital, hechos de esta naturaleza pasan cada día más desapercibidos.

Sean estas líneas un pequeño pero sentido homenaje a estos valientes peruanos que dan todo de sí en defensa del Perú y, por qué no decirlo, de los países vecinos también.

martes, 6 de septiembre de 2011

Un texto de mi hijo

Con la debida autorización, me permito reproducir un texto que escribió mi hijo a raíz del accidente del avión de la Fach:
Terminó un fin de semana como pocos. Uno de esos en que todos tenemos algo que decir pero a ratos preferimos no decirlo. Pero ahora que ya pasó, compartiré una breve historia.

En septiembre de 2008 me llamaron por teléfono para invitarme a crear un programa de TV para canal 13. Me reuní con mi talentoso amigo Martín, quien me había llamado; y con la compañía de Pablo Millas desarrollamos lo que sería posteriormente el matinal Viva la mañana.

Muchas cosas pasaron durante el resto de ese año y la primera mitad del 2009. ¡QUÉ AÑO! Lleno de logros y también de angustias... pero bueno, esa es otra historia.

Lo importante quizás es que hubo algunos momentos que recuerdo con gran cariño. La mayoría conversaciones extensas con gente del programa, pues como ya deben saber o quizás escucharon, en la tele se pasa más tiempo en la pega que en la casa.

¿Cómo olvidar las conversas con la Angie, con Roberto, con Cesar o con el Maja...? Entre tantos otros que no nombraré porque nuevamente estoy perdiendo el foco... ¿Cómo no recordar las amables conversaciones en momentos críticos con la Sylvi?

La Sylvi... Sylvia Slier... El vocero de gobierno la nombró y las lágrimas salieron... primero tímidas y luego con mayor vehemencia. De cierta manera uno lo suponía... De cierta otra manera mi concepción de la fe me hace entregarme sin dudas a la voluntad divina, a abandonarme en Dios, a simplemente aceptar sus designios con la convicción de que sabe lo que hace... aunque la palabra "saber" quede chica en este momento. Pero a pesar de saberlo, escucharlo es volverlo real, y la realidad tiene esa capacidad de golpearte a miles de kilómetros por hora y dejarte helado. La realidad tiene la facultad de ser, a veces, excesivamente real.

Pero volvamos a la Sylvi. Cómo resumir mi impresion de ella... SECA. Ordenada, trabajadora, abierta al diálogo. Tranquila y mesurada, característica que dejaron de vender en el mercado televisivo hace ya varios años... si es que alguna vez estuvo realmente en stock. Esta mujer que me encuentro piropeando había viajado ya antes a hacer notas con Felipe. Recuerdo sus relatos del viaje a África por ejemplo. Apasionados... es que ella quería su trabajo y lo realizaba con ese cariño y respeto.

El viernes le tocaba viajar a la isla. Estaba emocionada. Es más, en un hecho que algunos califican de premonitorio, posteó una foto de perfil de la Isla y escribió que iba a ir para allá, al paraíso. Y fue con esa emoción que, me imagino, debe haberse levantado esa mañana. La verdad es que no sé a qué hora llego al canal. Hace tiempo que no hablaba con ella por más que un HOLA en un pasillo. pero sí sé que esa mañana Felipe se encontraba entrevistando a Nick Vuijivic. Sé, porque lo vi, que Nick le habló de ver la vida de manera positiva. Le habló de enfrentar el día a día pensando en lo que tengo y no en lo que no tengo. Y le habló de Dios.

Esa tarde, Felipe y Sylvia se subieron a un avión de la FACH junto a otros 19 personas, todos ellos con alguna misión especial. Estaba el tocayo de Felipe, Felipe Cubillos, de Levantemos Chile y su gente, había personal de la FACH y dos representantes del Consejo de la Cultura... Toda gente que iba a la Isla con la idea de ser un aporte...

Quizás a estas alturas ya todos conozcan estos detalles que describo... es lo más probable. Pero mi afán no es el de golpear con una noticia. Tampoco tengo grandes preguntas que formular... No estoy en el momento como para cuestionarme por la última vez que le dije a los míos que los quiero, ni tampoco estoy para preguntar por qué esto les pasó a ellos que estaban haciendo cosas buenas. La verdad es que cuando la vida nos trae estos sucesos no hay mucho que preguntar... hay más bien una tarea relacionada con entender. Y cada uno entiende lo que deba entender.

Por mi parte me limito a enfrentar y enumerar mis hechos.

1 Me da pena... mucha.

2 Lo siento muchísimo por los 21, pero lloré por la Sylvi.

3 La fe sigue intacta, pues la fe no busca excepciones, se abandona en Dios... se encomienda y espera.

4 No vivas sufriendo por lo que no tienes, aprovecha lo que tienes y agradécelo.

5 Me hubiese gustado mantener más contacto con ella.

Son pasadas las 3 am y hace poco terminé de estudiar... las ideas llenaron mi cabeza y decidí escribir esto. Y no es que la muerte en sí misma sea algo lejano. Todos vamos a morir, eso es un hecho... pero la muerte tiene la facultad de darle sentido a la oración en su calidad de punto final. Y cuando te ves forzado a darle sentido a las oraciones complejas... la verdad es que terminas dándole muchísimas vueltas.

Sylvia, hoy leí tu Facebook... espero que desde el paraíso al que realmente llegaste puedas sentir-leer-vivir todo el cariño que la gente te tiene...

Un abrazo a la distancia y hasta siempre.


Gracias hijo por tu autorización. Lamento mucho tu pérdida.

domingo, 4 de septiembre de 2011

A mis hijos y amigos chilenos

Queridos todos:

En alguna oportunidad escuché a una persona decir ¡Por qué se tienen que morir los buenos! En el accidente del avión de la Fach, iban 21 personas buenas, dedicadas, profesionales destacados cada uno en su área de conocimiento. Se dirigían a hacer el bien a la isla de Juan Fernández que había quedado devastada por el terremoto y consecuente maremoto de hace unos meses. La totalidad de ellos cumplía con una misión que les había ordenado su conciencia, una tarea personal, comprometida. Una tarea de gigantes: la de levantar un poquito de patria, por allá por el fin de mundo.

Seguramente la persona más conocida era Felipe, por eso creo que el fatídico accidente ha removido a casi todo un país. Mi pesar a sus parientes, así como a todos los familiares de cada uno de los que se fueron con él. Mi profundo sentir al pueblo chileno, cuya característica es la misma que la de nosotros los peruanos, levantarse con valentía y con mucha fe de sus propios escombros...

jueves, 1 de septiembre de 2011

Cuestión de fe

El 30 de agosto es feriado no laborable en el Perú... Se conmemora a Santa Rosa de Lima, que fue bautizada como Isabel Flores de Oliva. Nació en Lima en abril de 1586, y falleció en agosto de 1617. Fue canonizada por Clemente X en 1671 y es la primera Santa de América, patrona de Lima, América, Filipinas e Indias Orientales.

Pero también es un día muy especial para mí, pues todos los años, desde que tengo uso de razón, mi casa se vestía de fiesta. Santa Rosa era la "santa" de mi padre pese que mi padre era agnóstico. La gran contradicción es que Santa Rosa era parte de su vida, y lo tenía muy bien guardado.

Todos los 30 de agosto nos vestían muy bonito a mi hermana y a mí y partíamos papá, mamá y sus dos hijos al centro de Lima, donde queda el templo dedicado a Santa Rosa, ahí, junto al rio.

Al lado del templo existe una casa donde la creencia popular afirma que Santa Rosa pasó gran parte de su vida. Me parece que ahora es un convento de los padres dominicos. Dentro de la casa, que recibe visitas durante todo el año, existe un pozo llamado el Pozo de los Deseos en donde los fieles lanzan papeles de distinto tipo y tamaño que contienen sus más íntimos deseos u ofrecimientos para que Santa Rosa se los cumpla. No son cientos sino miles los que arrojan el 30 de agosto su papel al pozo. Ya se imaginan el alboroto que causa esta tradición.

Luego de algunos empujones llegábamos al pozo y el viejo nos habilitaba papel y lápiz para que nosotros hiciéramos nuestro pedido correspondiente. Él hacía el suyo, mamá el suyo y cuando los cuatro estábamos listos, a la cuenta de tres tirábamos nuestros deseos juntos con una gran solemnidad. Luego nos marchábamos, saliendo contra la corriente de las miles de personas que seguían entrando dejando, cada uno de los cuatro, nuestros deseos más escondidos para que se cumplieran durante el año.

Nunca se nos pasó por la cabeza preguntarnos entre nosotros qué habíamos puesto en nuestras cartas (el respeto por nuestras vidas y cosas personales caracterizo a mi padre y a mi madre, su forma de educar era diferente a los padres de la época). Tampoco le pregunté a papá el porqué de esa extraña devoción. Simplemente me parece que era cuestión de fe. Un tipo de fe que hasta el día de hoy me llena de curiosidad.


viernes, 26 de agosto de 2011

Para escuchar con tiempo y calma

Esta vez, no es mi deseo escribirles sobre una historia en particular. Me puse a pensar que quería hacer algo diferente (lo malo en los diferentes es que tienen mucho en común). Así que se me ocurrió hacerles conocer mi Perú de una manera variada, alegre, festiva, triste, etc. Y me decidí a hacerlo a través de la música.

Acá les envío música peruana de todos los tiempos, cantada por los mejores intérpretes peruanos, con canciones compuestas por compositores también peruanos, con su respectiva biografía. Hacer click acá.

Y por ahora, nada más. Espero que todos pasen un lindo fin de semana.

martes, 16 de agosto de 2011

Comentario al blog de Esteban

Nunca he apostado a los caballos, ni tampoco he jugado a los naipes apostando. Nunca había comprado la lotería tampoco y es que no me gusta hacerlo porque no me provoca. No me apetece, como dirían mis amigos españoles.

Hoy leí el blog de Esteban, donde se refiere al Lotto, a una persona que se sacó solita unos 12 millones de de dólares, y recordé mi triste aventura con la suerte. Se jugaban seis millones de dólares en un tiempo en que la Tinka recién se iniciaba en el Perú. Estaba yo manejando en un día cualquiera, en dirección a la casa de mi mamá, cuando vi uno de esos puestitos donde venden Tinka, ubicado dentro de una ferretería. Me pasé de largo, pero el angelito de la derecha me dijo al oído: compra una Tinka, son seis millones de dólares.

Paré el carro y retrocedí en contra, porque el mensaje lo sentí clarísimo. Al escoger los números, seleccioné las fechas de nacimiento de mis tres hijos, la fecha estimada de nacimiento de mi cuarto hijo (nació dos meses después), mi propia fecha de nacimiento (17 de abril para que lo anoten, ja, ja) y la cosa fue al llegar al sexto dígito. Tenía dos opciones el cumpleaños de mi madre o el cumpleaños de la madre de mi hijo por nacer. Opté por el cumpleaños de mi madre, y así completé los seis números necesarios para la jugada.

Me quedé pensando que me sobraba un número, el cumpleaños de la madre de mi hijo por nacer, y le pregunté a la vendedora si había alguna manera de poner siete números en vez de seis. Me dijo que no. Le insistí si podía hacer otra jugada, en donde reemplazaría el cumpleaños de mi madre por el del cumpleaños de la madre de mi hijo por nacer. Me dijo que no se podía. Le discutí, le puse como ejemplo: qué pasaría si otra persona y no yo hiciera la nueva jugada que yo quería. Ella me dijo que otra persona si podía, pero que yo mismo no tenía la posibilidad de hacer otra jugada con otra combinación de números. Yo estaba enfurecido pues no entendía por qué esta señorita se negaba a algo tan lógico. Así me fui, con un solo papelito.

En ese tiempo, la Tinka se jugaba los sábados en la noche. Así que ese sábado, puse el canal a ver el sorteo de esa semana. Los niños comenzaron a sacar los números premiados, que empezaron a salir en el mismo orden en que yo había puesto mi jugada. Hasta el quinto número, me había sacado la Tinka. Al llegar al sexto, salió el número del cumpleaños de la madre de mi hijo por nacer y no el de mi madre. Me quedé sin saber qué hacer.

Esa noche me dormí tranquilo, pensando que por ser "segundo puesto", alguito me tocaría. Unos 400 mil dólares, por lo menos. Pero acá pasó lo que dice Esteban: cuanto más grande es el pozo, mayor es la cantidad de gente que compra y, por ende, aumenta el número de ganadores. Y ese mismo pozo se reparte entre más gente, por lo que el premio que le toca a cada uno de "los segundos" se reduce.

Al día siguiente, el notición fue que un solo ganador había tenido la suerte de sacar el jugoso premio de seis millones de dólares. Me fui al local de la Tinka a cobrar mi jugoso cheque, de más de cien mil dólares, según yo. Pero me tocó la fabulosa suma de 150 dólares.

En el local de la Tinka, averigüé que una sola persona SI puede hacer más de una jugada. Y además, que pagando un extra, SI se puede hacer una jugada de más de seis númneros. Me regresé donde la chica que me había vendido el boleto días antes con la idea de matarla. Estaba dispuesto a atravesarle el corazón con mi afilado florete de joven espadachín, pero mi conciencia cristiana hizo que solamente le increpara airadamente.

Al final, esos 150 dólares sirvieron para celebrar mi cumpleaños, que fue a los pocos días. Ya había sido millonario por un segundo, ya les había repartido bienes a mis hijos, ya me había ido a Europa tres veces, ya le había donado a la fundación para los niños con cáncer... mais c'est la vie! Me alcanzó para la torta, unos bocaditos y poder contar la anécdota con una sonrisa.

PD: algunos años más tarde, volvió a salir una jugada muy parecida a la que yo tuve, con un dígito de diferencia. Pero como esa vez no hubo ganador, casi pasó desapercibido. Casi, pues yo si lo percibí.

Colofón: jamás he vuelto a comprar la Tinka.

lunes, 8 de agosto de 2011

Perdón, me equivoqué

Ayer, como todos los días en la mañana, me fui directo a la computadora. Siguiendo mi costumbre, me fui al correo a darle una leída a mis e-milios, y luego me pasé a leer los blogs que acostumbro y me he acostumbrado a ellos. Sus autores son gente para mí extraordinaria, escriben con autenticidad, originalidad, educación y de ellos aprendo, lloro, me río, pues sus temas realmente son deliciosos. Sin ningún orden de preferencia los menciono: Cheluca, AleMamá, Gabriela, Luis, Renzo, Paulo, Lalo, Rodrigo y Esteban.

Resulta que AleMamá había escrito un post titulado El olvido que seremos, sobre la trascendencia de la vida y la vida después de la muerte. Entre los comentarios estaba el de Gabriela que citaba a Jorge Manrique y las Coplas a la muerte de su padre: "Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir". El post de AleMamá, como siempre muy bueno, también recibió mi comentario, en donde referí a Javier Heraud, joven poeta peruano que, regresando de Cuba, fuera asesinado mientras navegaba en el río Madre de Dios. Él, como todo muchacho idealista enamorado de la revolución cubana de entonces, volvía para "hacer la revolución" en el Perú. Estudió en la Universidad Católica del Perú, donde yo también pasé por la Facultad de Letras. No había estudiante de Letras que no leyera la poesía de Heraud.

Aquí viene mi error: confundí el poema El río (famoso porque fue premonitorio) con las palabras de Manrique, por lo que hago la rectificación respectiva. Sin ánimo de sonar a excusa, en mi defensa debo decir que hay una parte que habla de la vida como un río que desemboca en el mar, casi como en las coplas de Manrique. Lo que no quiere decir que no acepte mi tremenda equivocación.

Quiero agradecer la forma tan sutil en que AleMamá me hizo dar cuenta de dicha equivocación. Para eso sirven los amigos del blog. Bueno, para eso y otras cosas más.

Para terminar, transcribo el poema El río, para que vean ustedes mismos que tiene mucha relación con el tema que trató AleMamá:

EL RÍO

Yo soy un río, voy bajando por las piedras anchas,
voy bajando por las rocas duras,
por el sendero dibujado por el viento.

Hay árboles a mi alrededor
sombreados por la lluvia.

Yo soy un río, bajo cada vez
más furiosamente, más violentamente
bajo cada vez que un puente me refleja
en sus arcos.

Yo soy un río un río
un río cristalino en la mañana.
A veces soy tierno y bondadoso.
Me deslizo suavemente
por los valles fértiles,
doy de beber miles de veces
al ganado, a la gente dócil.

Los niños se me acercan de día,
y de noche trémulos amantes
apoyan sus ojos en los míos,
y hunden sus brazos
en la oscura claridad
de mis aguas fantasmales.

Yo soy el río.
Pero a veces soy bravo y fuerte
pero a veces no respeto
ni a la vida ni a la muerte.

Bajo por las atropelladas cascadas,
bajo con furia y con rencor,
golpeo contra las piedras más y más,
las hago una a una pedazos interminables.

Los animales huyen,
huyen huyendo cuando me desbordo
por los campos, cuando siembro
de piedras pequeñas las laderas,
cuando inundo las casas y los pastos,
cuando inundo las puertas y sus corazones,
los cuerpos y sus corazones.

Y es aquí cuando más me precipito
Cuando puedo llegar a los corazones,
cuando puedo cogerlos por la sangre,
cuando puedo mirarlos desde adentro.

Y mi furia se torna apacible,
y me vuelvo árbol,
y me estanco como un árbol,
y me silencio como una piedra,
y callo como una rosa sin espinas.

Yo soy un río.
Yo soy el río eterno de la dicha.
Ya siento las brisas cercanas,
ya siento el viento en mis mejillas,
y mi viaje a través de montes, ríos,
lagos y praderas se torna inacabable.

Yo soy el río que viaja en las riberas,
árbol o piedra seca
Yo soy el río que viaja en las orillas,
puerta o corazón abierto
Yo soy el río que viaja por los pastos,
flor o rosa cortada
Yo soy el río que viaja por las calles,
tierra o cielo mojado
Yo soy el río que viaja por los montes,
roca o sal quemada
Yo soy el río que viaja por las casas,
mesa o silla colgada
Yo soy el río que viaja dentro de los hombres,

árbol fruta rosa piedra mesa
corazón corazón y puerta retornados,

Yo soy el río que canta al mediodía
y a los hombres, que canta ante sus tumbas,
el que vuelve su rostro
ante los cauces sagrados.

Yo soy el río anochecido.
Ya bajo por las hondas quebradas,
por los ignotos pueblos olvidados,
por las ciudades atestadas de público
en las vitrinas.

Yo soy el río
ya voy por las praderas, hay árboles a mi alrededor
cubiertos de palomas, los árboles cantan con el río,
los árboles cantan con mi corazón de pájaro,
los ríos cantan con mis brazos.

Llegará la hora en que tendré que
desembocar en los océanos,
que mezclar mis aguas limpias con sus aguas turbias,
que tendré que silenciar mi canto luminoso,
que tendré que acallar
mis gritos furiosos al alba de todos los días,
que clarear mis ojos con el mar.

El día llegará, y en los mares inmensos
no veré más mis campos fértiles,
no veré mis árboles verdes,
mi viento cercano, mi cielo claro,
mi lago oscuro, mi sol,
mis nubes, ni veré nada,
nada, únicamente el cielo azul,
inmenso, y todo se disolverá en
una llanura de agua,
en donde un canto o un poema más
sólo serán ríos pequeños que bajan,
ríos caudalosos que bajan a juntarse
en mis nuevas aguas luminosas,
en mis nuevas aguas apagadas.

lunes, 1 de agosto de 2011

Hacer de un menos un más

Ayer domingo se malogró la computadora y, por coincidencia, también el televisor. Así que estaba destinado a ser un día más o menos aburrido.

Opté por sentarme a ver películas en DVD, pero resulta que el control remoto es muy chiquito y los botones son mínimos y están muy pegados uno al otro, con lo que se me hacía difícil manejar los controles por el problema de mi temblor de manos a causa del Parkinson.

Por eso, decidí no pelearme con el control remoto. Entonces, ponía cualquier película, y si estaba configurada en un idioma que no entiendo y sin subtítulos, simplemente detenía la proyección y la cambiaba por otra hasta encontrar una que estuviera, por lo menos, con subtítulos en castellano.

Fueron varias las veces que cambié de película y coincidieron solamente tres.

La primera que vi fue "Easy rider", que me hizo recordar mi juventud y la época de los hippies. Fue un lindo viaje al pasado.

La segunda fue "El graduado". Esta la vi en idioma español. ¿Ustedes se imaginan a gente como Dustin Hoffman, Anne Bancroft o Katharine Ross hablando con acento español? Me sentí en otro planeta. Me causaba mucha risa porque nunca había visto a actores como los mencionados hablar en perfecto castellano castizo... con perdón de mis lectores españoles. Es solamente por la falta de costumbre. Me divertí mucho.

La tercera fue "Las travesuras de Juan Pablo", mi nieto mayor, producida, dirigida y editada por su papá, que es director de cine. Es un DVD que me regalaron mi segundo hijo y familia hace tres navidades y que tenía olvidado hasta que lo encontré ayer en la ruma de películas.

Así que lo que iba a ser un día aburrido, pues estaba solo en casa, se convirtió en un momento mágico de recuerdos, risas y, como todo abuelo chocho, de puro orgullo ante un nieto tan encantador.

Corolario: cuando se les presente un día que tenga todos los visos de ser aburrido, les recomiendo que conviertan su menos en un más.

jueves, 28 de julio de 2011

Reflexiones de 28

Considero que este no es un espacio para escribir de política, pero es el único que tengo para expresar mis ideas, así que les pido a mis amigos que me perdonen. Es que no me queda otro medio para contestarle a un improvisado y mentiroso político peruano expresidente del Perú y excandidato perdedor en las últimas elecciones.

Sí, excandidato perdedor, porque usted perdió las elecciones, señor (cómo me cuesta decirle señor). Si no lo recuerda, quedó usted cuarto con el 15.631% de los votos, según resultados oficiales. Así que le recomiendo que haga usted un esfuerzo para no seguir contando el cuentazo que fueron los miembros de su partido los que le dieron la victoria en la segunda vuelta al actual presidente del Perú.

Lo que pasa es que usted no asume aún su derrota, pues el derrotado fueron usted y sus falsas declaraciones, y no sus íntimos amigos, ni el jurado electoral.

Reflexione (si es que puede) y considérese derrotado, vencido, rechazado por el pueblo. Es usted tan falso que durante la campaña electoral dijo que votar por el entonces candidato y actual presidente era "dar un salto al vacío" y ahora pretende, a pesar de lo dicho, cogobernar con él. Por eso es que sus más cercanos colaboradores, el señor secretario general y otros prominentes miembros de su partido han renunciado entre otros copartidarios.

En resumen, no crea usted que es un copresidente. No solamente porque tal figura no existe, sino porque el pueblo no le dio el respaldo que usted pretende. Y punto.

Pasando a otra cosa, hoy más temprano juró un nuevo presidente del Perú. Habló de paz y de concertación y de entendimiento entre los países de la región. Pienso, aunque no voté por él, que es tarea de todo peruano respaldar su gestión. Y que el crecimiento con inclusión social sea todo un éxito.

A todo el Perú le conviene que usted, señor presidente, que acaba de asumir su cargo, tenga éxito, junto con el equipo que lo acomapaña. Y como con usted no cogobierna nadie, le deseo la mejor de las suertes. Que Taita Dios nos ayude.

viernes, 15 de julio de 2011

Tomás

El jueves 14 de julio de 2011, o sea, ayer, aproximadamente a las 2 pm, nació Tomás. Es el segundo hijo de mi segundo hijo, casado con una estupenda dama chilena a quien quiero mucho.

El primer hijo de mi segundo hijo se llama Juan Pablo, tiene 5 años y es fanático de The Beatles (tiene buen gusto el caballero). Se conoce de memoria sus canciones y se las canta todas.

El segundo hijo de mi segundo hijo se llama Tomás, forma griega del nombre arameo תָּאוֹמָא (Ta'oma') que significaba "mellizo". En el Nuevo Testamento era el nombre del apóstol que inicialmente dudó de Jesus resucitado. Según la tradición, murió martirizado en India. El nombre pasó luego a ser de uso general en el mundo cristiano.

Tomás, quiero darte la bienvenida a la vida. Mientras vayas creciendo te irás dando cuenta de que la vida tiene sus altas y bajas. Conocerás el amor y el desamor, la alegría y la tristeza, el triunfo y la derrota, el trabajo y la ociosidad, el gusto y el asco, la tolerancia y el fanatismo, la humildad y la soberbia, el descreimiento y la fe, la lealtad y la traición, la sinceridad y la hipocresía, el acierto y el error, y muchísimas otras cosas más.

Naces en una época en que la Humanidad ha llegado a metas que hace apenas 20 años hubieran parecido extraídas de las más alucinadas imaginaciones. Solamente un ejemplo, y para esto me voy a meter en el terreno que domina tu padre: las comunicaciones. Como te decía, hace apenas 20 años se esperaba al cartero, que era quien traía las cartas con noticias del otro lado del mundo, de tu familia, de tus amigos, etc. Entre que la persona escribiera la carta y tú la recibieras podían pasar días y hasta meses. Ayer, yo me enteré en Lima de tu nacimiento en Santiago casi al momento en que naciste. Y hasta ya vi una foto tuya. Es decir, la vida en tiempo real. Hace apenas 20 años, me hubiera demorado días y hasta semanas en saber de tu nacimiento.

Te espera además un mundo lleno de retos a los que deberás enfrentar con inteligencia y sabiduría. Con calma y mucha esperanza. Y nada más por ahora.

El destino ha hecho que la distancia no permita que estemos juntos, pero quiero que sepas que te quiero mucho. Y que pronto nos veremos cara a cara, a pesar del tiempo real.

Un abrazo de aquellos,

Tu abuelo.

sábado, 9 de julio de 2011

Buenas noticias

Esta posiblemente sea la entrega más corta, pero lo tengo que compartir con todos ustedes.

Hace tres días me levanté de la silla de ruedas y después de años, me puse a caminar. ¡Gracias a Dios!

martes, 5 de julio de 2011

Escoba, bacín y trapo

En homenaje a dos amigos del alma.

Era un dicho que solo se lo había escuchado decir a mi madre durante toda una vida: "los tres amigos del teatro: escoba, bacín y trapo". Significaba para ella la sólida amistad que logran tener tres personas a lo largo del tiempo, de esas amistades que se mantienen "hasta grandes". De esa amistad intensa, alegre, triste, de risas y lágrimas.

Esta anécdota, motivada por tres amigos, dos él y una ella, será contada en tercera persona para proteger a los inocentes.

Dicho esto, a los hechos.

Escoba (ella) y Trapo (él) son los dos ángeles de la guarda de Bacín, que de salud esta más o menitos, que tiene dos enfermedades incurables bastante temidas. Por este motivo, Bacín se moviliza en silla de ruedas. Trapo se encarga de manejarle el auto a Bacín cuando hay que ir al médico, de compras o lo que sea. También arregla las posibles fallas que de vez en cuando se presentan en la casa de Bacín. Y Escoba es la administradora, jefa de personal, de relaciones públicas y gran coordinadora de médicos y clínicas.

El otro día, fueron los tres al supermercado a comprar una serie de cosillas que faltaban para la casa de Bacín, aprovechando de paso de comprar cosas para los otros dos. Al entrar a la tienda, Bacín y Trapo se fueron por un lado y Escoba se fue por otro. Cada uno a buscar sus cosas.

Luego de un rato, Escoba estaba en la sección frutas, que fue donde Bacín y Trapo le dieron el alcance. Se enseñaron sus respectivas compras e intercambiaron algunos comentarios y bromas.

Como ya tenían todo lo que necesitaban, se dirigieron los tres a la caja para efectuar el pago respectivo. Cuando de pronto, al pasar por un arreglo de plátanos todavía verdes, acomodados cuidadosamente en forma de torre por los trabajadores del supermercado referido, Trapo hizo una mala maniobra con la silla de ruedas de Bacín. En eso, se escuchó la potente voz de Trapo: "¡Mira Bacín lo que has hecho!" (Trapo se la pasa echándole la culpa a Bacín de cuanta torpeza pasa a su alrededor.)

Bacín, sin siquiera darse cuenta de lo que había pasado, lo único que alcanzó a ver fue a Escoba, que estaba adelante de ellos, mirando cómo la montaña de plátanos iba cayendo plátano por plátano. En ese instante, los trabajadores del supermercado y los demás clientes que estaban por ahí, que seguramente habían alabado el cuidado que se había puesto en armar la torre de plátanos de dos metros de altura, observaban cómo Trapo empezaba a recoger plátano por plátano, ya regados por todo el piso, tratando de arreglar la torre. Mientras tanto, por el lado opuesto, otros plátanos caían.

En ese instante, Bacín dijo "mejor nos vamos, deja todo en el suelo y salgamos de acá rápidamente". Con una cara de seriedad mortuoria, cada uno canceló sus cosas. Trapo se encargó de embolsar, Escoba de pagar lo suyo y lo de Bacín, y Bacín estaba en su silla de ruedas con cara de "yo no fui".

A la salida, los tres estaban mudos de espanto, con el temor propio de haber salido filmados por las cámaras de seguridad, y que los iban a atrapar en plena fuga. Cuando de pronto, se escuchó la potente voz de Trapo que dijo: "felizmente no fue una torre de latas". Escoba intervino diciendo "hubiera hecho un poquito de ruido". Bacín, recriminando a Trapo, le dijo: "tú toda la vida echándome la culpa de tus torpezas".

Llegaron al auto, subieron y lo único que se escuchó fue un solo de risas. Los tres no paraban de reír por lo que había pasado.

A ese tipo de amistad se debe haber referido mi madre cuando decía "los tres amigos del teatro: escoba, bacín y trapo".

martes, 28 de junio de 2011

A la China en un minuto

Ayer me levanté de la cama a las 6:30 en punto como todos los días. Puse mi estación de radio favorita donde ponen música de todos los tiempos, desde Glenn Miller, pasando por Rita Pavone, Barry White, Beatles, Elvis, Domenico Modugno, hasta "Candilejas" de Carlitos Chaplin, Los Platters, Sinatra, en fin. Es decir, una gama de música que uno ha escuchado a lo largo de su vida. Así, y sin publicidad, hice toda mi rutina madrugadora.

Como soy un obsesivo por la cuestión del orden y de la hora, sobre todo cuando tengo que tomar mis pastillas, especialmente las del Parkinson, llegan las 7:30 am. (hora del set de pastillas) y las tomo como si fuera desayuno porque son un montón. Siete y treinticinco me toca el Madopar, que no es otra cosa que la levodopa que mi organismo no produce. Obviamente, es el cerebro el que interviene para permitir dicha funcion. Esta singular pastilla es la que te pone a ritmo de mambo, en homenaje al gran Dámaso Pérez Prado, puedes hacer cualquier cosa que hace la gente normal: hablar, caminar, jugarte un puen partido de cualquier cosa. Es un pequeño descanso al temblor, los dolores, la rigidez, etc propios del Parkinson. Luego de unas dos horas pasa el efecto y bienvenido el Parkinson nuevamente.

Pero, ¿qué pasó ayer? Pues me distraje y a las 7:30 am. me tomé las pastillas de la noche, las que debo tomar las 10pm.

Como comprenderán me fui inmediatamente a la China. Es decir, a las 7 am de Lima terminé viviendo como si fueran las 10 pm, que era la hora en algún punto de la vasta China. No negaré que me asusté un poco por los potenciales efectos, pues nunca antes me había pasado algo así. Pero después me terminé divirtiendo por la transformación que sufrí, con los síntomas al revés.

Aquí algunas fotos que tomé del nuevo Tren Bala chino.




Moraleja: si te confundes de pastillas, te puede pasar cualquier cosa. Como por ejemplo, terminar en China en un minuto.

miércoles, 8 de junio de 2011

Un año de terapia blogosférica

Ayer me recordaron que hoy día, 8 de junio, el blog de este humilde servidor cumple un año. Un año en el que dediqué a escribir como todos, sobre las cosas simples de la vida.

Debo confesar que fue una amiga muy cercana la que me convenció de entrar al mundo de los bloggers. Estuve como seis meses tratando de decidir si lo hacía o no. Hasta que por fin di el paso y me lancé, cual duelo de florete, a convertirme en una voz más en la blogósfera. Aparte me sirvió para contar aventuras, recuerdos, ideas, sueños, experiencias sobre el mal del Parkinson que me aqueja.

Tampoco imaginé la cantidad de amigos que he hecho y cuyos nombres no voy a poner pues temo olvidarme de alguno. A todos ustedes les debo mucho. El hacer una entrega y esperar la reacciones me hace sentir a veces como aquellos niños que esperan una recompensa por haberse portado bien. ¡Qué lindo! Me han hecho sentir niño. Ustedes saben quiénes son. Muchísimas gracias nuevamente. He recordado a gente que quiero y me falta escribir sobre la gente que no quiero.

En estos tiempos en que el Perú está pasando por un terremoto social, creo que la palabra concertación es la precisa para describir lo que hay que hacer por estos lares. Claro que al menor error del caballero que nos ha salido en suerte, como en los toros, donde a pesar de que la ganadería sea buena nunca se sabe si el toro es malo o pésimo, saltaremos los de la oposición como brincan los sapos. Estaremos dispuestos a comernos a los insectos.

Cabe aclarar que esto está dicho en buena.

Así que para el segundo año hay mucho de qué hablar o, mejor, escribir. Nada más por ahora. Le doy gracias a don Cyrano de Bergerac por haberme prestado su nombre, no para esconderme detrás de él, sino para recordar las aventuras de un romántico espadachín que se las trae.

sábado, 21 de mayo de 2011

La visita de las primas

La soledad no se hace tan sola cuando uno la pasa bien.

El dia anterior había recibido un emilio (una de las formas de decir e-mail) de mis primas que decía más o menos así: "las dos estamos en Lima y queremos visitarte. Dinos cuáles son tus mejores horas para ir a tu casa". Como las pastillas para el Parkinson me ponen como si no tuviera nada entre las 8:00 y 9:30 de la mañana, les contesté que podían venir a tomarse un desayunito a las ocho "cualquiera de estos días". Y me despreocupé del tema.

La verdad pensé que sería una hora dificilísima para las tres hermanas (una vive en Lima, otra en Canadá y la tercera en EEUU). Al día siguiente, como todos los días, a las 7:30 am. encendí la computadora y me encontré con un mensaje que me dejó frío "...espéranos hoy para un desayunito a las ocho...".

Se me cayeron los pantalones del susto, no había preparado nada para las tres lindas damas que venían a visitarme. Además, no había siquiera quién les abriera la puerta, pues la enfermera me deja en una silla fija, y me quedo solo como hora y media en que viene la chica que trabaja en mi casa, que dicho sea de paso es muy colaboradora y eficiente.

Pensé: "no te preocupes, no van a venir. Es imposible que vengan". No había terminado de pensarlo, cuando escuché el timbre de la puerta. Entró Víctor, el encargado del edificio donde vivo y que tiene llave de la puerta para cualquier emergencia, quien me dice: "doctor, tiene usted visita...".

La pasamos estupendo, entre risas, recuerdos, fotos, preguntas, respuestas, más fotos, tour por todo el departamento comentarios, no chismes... En fin, estoy segurísimo de que pasamos un momento feliz... ¡Y hasta hubo desayuno!

Mil gracias queridísimas primas por tan linda visita. Ojalá que se repita...


domingo, 8 de mayo de 2011

Una visita a mamá

Acabo de llegar del templo donde estan las cenizas de mi mamá. Fui para hacerle una visita, pues hoy en el Perú se celebra el Día de la Madre. Como vivo solo, y la chica que me acompaña se fue de viaje, me llevó Silvia. Después de empujar la silla de ruedas a lo largo de 15 cuadras, llegamos al lugar. Ahí no existen rampas y, además, como está ubicado en un sótano, hay que bajar por una escalera de dos pisos.

Existe un ascensor, pero la silla de ruedas no entra porque es muy chico.

Agradezco a Silvia, al anónimo joven que me cargó para poder entrar al ascensor sin la silla y que me sostuvo hasta que llegamos, a la señora anónima que, viendo que no podía bajar en un primer momento, oró conmigo por el alma de mi madre. También le agradezco al otro señor anónimo que se encargó de bajar la silla de ruedas y luego subirla por las escaleras. Con la ayuda de personas que nunca en mi vida había visto, logré llegar donde se guardan los restos de mi mamá.

A eso se le llama SOLIDARIDAD.

¡Feliz Día de la Madre!

lunes, 2 de mayo de 2011

Se busca anillo real

Esta vez vi el real matrimonio en una transmisión realizada por un canal inglés, en vivo y en directo, en compañía de una amiga. Fui parte de esos millones de personas que apreciaron el matrimonio del príncipe Guillermo y de la plebeya Kate.

En lo que a mí respecta, me gusta ver este tipo de ceremonias pues soy curioso, crítico y burlón. Además siempre sucede algo fuera de lo común. Como esa invitada a la que se le salió el zapato a la entrada del recinto y se escondió en un rincón para ponérselo de nuevo, y que fue ponchada durante tres segundos por el camarógrafo de la cadena de TV que transmitía el real acontecimiento. Es muy posible que la señora vestida de blanco sea esposa de algún conde, marqués o cualquiera de ellos y que al caballero que la filmó lo hayan trasladado a Afganistán para realizar un corto sobre cómo se coloca las botas la viuda de Bin Laden, y al director de cámaras le hayan otorgado una medalla por haber cambiado de plano al instante y no dejado expuesta a la susodicha al chisme del pueblo y comentariode la realeza

Las cosas que me llamaron poderosamente la atención sucedieron durante la colocación de las alianzas matrimoniales. Cuando Guillermo le puso el anillo a Kate tuvo que jalarle el dedo a la novia y usar toda su fuerza para que el anillo le entrara. Me pregunto cómo es posible que después de diez años de novios, el buen príncipe no supiera la talla de la bella Kate. La otra posibilidad es que el anillo fuera prestado por alguna de las damas invitadas.

El segundo incidente fue que la novia no tuvo la oportunidad de colocarle el anillo al novio, simplemente no se lo puso. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Acaso los anillos se perdieron en el trayecto? ¿Quién llevaba consigo los anillos, para entregárselos al oferente de la ceremonia? ¿O se los robaron? Pues estaban hechos de oro puro de no sé cuantitos kilates, provenientes de una roca de oro de la que se dice que salieron los anillos de boda de todas las princesas.

Ante estos dos incidentes, hay una serie de rumores. Mejor dicho, solamente del segundo, porque al primero lo ignoran, no dicen nada, pues pudiera ser que efectivamente el buen Guillermo no sea muy pródigo y no haya querido comprar el anillo de bodas a la novia.

Sobre el segundo incidente -en el cual la novia no le pone el anillo al novio- la versión, al parecer oficial es que como el príncipe es piloto de la Real Fuerza Aérea, ¡no usa anillo para evitar que se le enganche la mano con algún comando de la nave! Y como consecuencia, el novio, y por consiguiente los demás ocupantes de su aeronave, se sacarían la cresta a la primera de bastos. Interpretando esa noticia, en adelante tendré que revisar las manos a los pilotos de los aviones comerciales, a ver si tienen algún anillo puesto, reloj o cadena (cosa que si tienen). No vaya a ser que suceda lo que podría sucederle a don Príncipe duque de Cambridge.

Mi tesis es que los anillos se perdieron, o se los sacaron del bolsillo del olvidadizo Henry (que dicho sea de paso, andaba vestido con un uniforme oscuro, lleno de tiras doradas, y que a mi modo de ver se portó como un gran hermano, y un perfecto padrino contándole los incidentes al oído a su mayor mientras la novia entraba al templo). Simplemente, como se dice aca en el Peru'se tiraron los anillos en un toque'.

martes, 26 de abril de 2011

Recuerdos III - continuación

Este post es parte de la serie Recuerdos.

Ver la primera parte acá.

En el bus recorrimos casi todos los países: Francia, Italia, Alemania Federal, Inglaterra, Bélgica, España, Portugal, Suiza. He aquí algunas anécdotas.

Apenas se inició el viaje, a la hora de contarnos, éramos 39. Uno había desaparecido. Era Gustavo, y no volvimos a saber más de él durante los tres meses, con la preocupación de los que estaban a cargo de nosotros. Finalmente apareció en el mismo lugar de la partida, el último día del viaje. Cuando le preguntamos a dónde había ido, no dijo nada. Hasta la fecha, es un misterio sin resolver.

Era pleno invierno en Europa. Hacía un frío terrible. Cuando con el bus íbamos a cruzar la frontera para entrar a Italia, le escondimos el pasaporte a Augusto y no surgió mejor idea que esconderlo en el compartimento de carga que quedaba debajo del bus. Esconder a Augusto en el compartimento de carga, no a su pasaporte, significó que a la hora de salir de su singular escondite estuviera casi congelado. Felizmente fue un tramo corto. Lo subimos al bus para abrigarlo. Recuperó el color y continuamos con el viaje.

Lo que hasta ahora ha sido un misterio para mi es cómo hicieron los curitas para que Augusto saliera de Italia, si nunca había entrado.

César se enamoró perdidamente de una dama de la vida alegre, a nivel que se quería casar con ella. Esto sucedió en Roma, donde César se quedó. Luego de una semana nos dio el alcance no me acuerdo en qué lugar, apenado hasta el llanto, por no haber logrado contraer matrimonio con su amor imposible.

¿Alguna vez han sufrido un choque entre su imaginación y la realidad? Me sucedió con el Coliseo Romano y la Capilla Sixtina pues, de tanta película de la época, imaginaba el Coliseo como algo enorme, monumental. Pero cuando lo visitamos, resultó ser como una tercera parte de lo que había imaginaba. Y la Capilla Sixtina, cuya cúpula siempre había imaginado pintada con la Creación del Hombre, resultó que contenía solamente ese fresco sino todo el Antiguo Testamento. Por lo tanto EL fresco se me redujo considerablemente y la enorme idea y fascinación que me creaba imaginar un fresco gigantesco se vio empequeñecida a una mínima expresión.

Ustedes van a tener que perdonarme la forma en que les estoy contando esta aventura, pero los recuerdos vienen vertiginosamente, y de igual manera se van. Total, han pasado 47 años: nosotros nos fuimos todo el verano peruano de 1964 y tienen que considerar que éramos unos chiquillos con 15, 16, 17 años a cuestas.

Continúo con los salpicados recuerdos de tan maravilloso viaje.

Estando en Italia, ¿cómo no ir al Vaticano? Todos van al Vaticano, pero el hermano Daniel, uno de los tipos mas inteligentes y audaces que he conocido en mi vida, un chato ocurrente y maravilloso (su pequeña estatura no le había causado complejo alguno) nos tenía una sorpresa increíble: una audiencia privada con el Papa Paulo VI. Privada de verdad, no esas audiencias privadas donde van solamente unas 100 personas. No, privada. Exclusivamente para nosotros. El Papa nos dio la bienvenida, y pasamos uno a uno a saludarlo. Lo que me impresionó fue el anillo que portaba, que tenía forma de cruz, hecho de madera. El Papa era sumamente delgado y su cara era la de un hombre rudo pero siempre sonriente.

A todos nos regaló una medalla así de grande.

Un día en Alemania, me moría de hambre, así que me metí a un restaurante para comer algo. Al respecto, ya me había aprendido cómo decir "pan y agua" en todos los idiomas. Menos en inglés. Ese si lo sabía y lo hablaba bien. Lo había hecho pensando que si en algun momento me perdía en algún lugar, por lo menos no moriría de sed o de hambre. Pero estamos en este restaurante, el mozo me dio la lista de comidas y yo no entendía porque todos los platos estaban escritos en alemán.

Yo le pedía al mozo "Brot und Wasser", haciéndole una serie de gestos, hablándole en inglés. Hasta que el mozo salió con "no sigas sufriendo más chaval. Soy español así que entendámonos mejor en nuestro idioma".

En Londres, todo era al revés. Antes de cruzar la calle, mirábamos por un lado y resultaba que los carros venían por el otro. Y no se caracterizan precisamente por su buena comida.

Bueno, no quiero ser aburrido. Solamente algo para el final. Cuando llegamos a Toledo visitamos el Alcázar, donde se había llevado a cabo una de las batallas más cruentas de la historia de la Guerra Civil Española.

El hijo del general Moscardo estaba detenido por el enemigo dentro del Alcázar y le dijeron que se comunicara con su padre que había tomado la plaza. El hijo se comunicó con el padre y le dijo: "padre, que me matan si no entregas la plaza". Y el general Moscardo, seguramente con el corazón hecho polvo, le respondió: "pues hijo, con un grito de ¡viva España! muere por tu patria".

Las tres veces con diferentes edades que he visitado el Viejo Continente me he dado un tiempo para ir al Alcázar de Toledo y cada ocasión que he entrado a la habitación desde donde se efectuó la llamada, un par de lágrimas han empañado mis ojos...

viernes, 15 de abril de 2011

Recuerdos III

Este post es parte de la serie Recuerdos.

Les quiero confesar algo: nunca antes me había puesto a recordar cosas de mi vida así tan puntualmente. Mis recuerdos eran fugaces, pasaban de largo y dejaban cola, como los cometas.

Les contaré ahora algunas anécdotas de mi viaje de promoción.

Yo me eduqué en un colegio particular, exclusivo para hombres. En mi promoción éramos 105, de los cuales 40 fuimos al viaje. Un día de fines de diciembre partimos los 40 acompañados de un profesor y dos hermanos. El colegio era de los marianistas, es decir, esos hermanos eran hermanos marianistas, que tienen la particularidad de ser muy amplios en su criterio religioso. Esto es muy importante de tener en cuenta en nuestras anécdotas.

Uno de los dos hermanos era enano (no chato, enano de verdad). El otro estaba ya entrado en años y, aparte de enseñarnos Religión en una forma muy particular, era entrenador de básquet. O sea que resultaba ser más deportista que religioso.

El profesor que nos acompañó en el viaje era un ciudadano boliviano que recién había llegado a Lima, y su estancia en el colegio era su primer trabajo en el Perú.

El otro bando, o sea nosotros, éramos 40 galifardos, todos altos y bien comidos, menos yo, que soy más chato que un real de queso. Bueno, así decía mi papá. El real equivalía a diez centavos y era de tamaño pequeñito. Ya se imaginan ustedes cómo fue el viaje de esos 40, de entre 16 y 17 años, con destino a Europa. Si, Europa. La Europa de mediados de los años 60. Con una España con un Franco bien asentado, el Muro de Berlín recién construido, Paulo VI en la Santa Sede, una Torre Eiffel sin iluminar y una Venecia a la que, cuando llegamos, juré no regresar jamás porque el agua apestaba a diablos.

Pero empecemos por el principio.

Salimos en avión rumbo a Santiago de Chile. Luego de un par de días en Santiago, el hotel donde nos alojamos quedó como si hubiera pasado un huracán. Felizmente era un hotelillo de pocas estrellas, como resultaron ser todos los demás durante los tres meses y medio que duró el viaje.

De Santiago pasamos a Buenos Aires en avión también. Y de ahí a Recife, Brasil, donde tomamos el Andrea C, un barco que estaba muy lejos de esos trasatlánticos que realizan cruceros hoy en día. Nuestros camarotes estaban ubicados a la altura de la quilla del barco, es decir, aproximadamente cinco pisos debajo de la cubierta. Éramos seis en cada camarote, y desde nuestros ojos de buey veíamos a los peces, que estaban asqueados de ver a unos sujetos mareados con los efectos correspondientes. Bueno, ustedes ya me entienden.

El barco era el último de la flota C, donde el principal era el Federico C, el que nos enseñaron en la foto que utilizó la agencia de viajes para convencernos, con camarotes para dos y mejor no sigo porque me pongo a llorar.

Después de 20 días, llegamos a las Islas Canarias. De ahí, un vuelo directo a Barcelona y luego a Madrid. A Barcelona llegamos un sábado. Al día siguiente, domingo, había que ir a misa, un poco a empujones por los hermanos. Ahí fue la primera experiencia notable de mi vida, pues la misa y el sermón fueron pronunciados por el cura en un idioma que yo no entendía. O que entendía por partes. Ahí fue donde me enteré de que existía el catalán. Tengan en cuenta que yo tenía 16 años y las cosas en general eran desconocidas para mí.

Cuando llegamos a Madrid, luego de tres días en Barcelona, nos esperaba un bus con nuestro chofer Luigi y nuestra guía Paula, quienes nos iban a llevar por toda Europa durante tres meses.

Continuará...

Los 40 galifardos, los dos hermanos, la mujer que no tiene pañuelo en la cabeza es nuestra guía Paula y a su izquierda está Luigi. Acá estamos en Florencia con algunos invitados.

martes, 12 de abril de 2011

Recuerdos...

Este post es parte de la serie Recuerdos.

Como les contaba hace poco en un post previo, dentro de muy poco tiempo cumpliré 62 añitos, y me asaltan una serie de recuerdos de una vida bien llevada.

Hace pocos días tuvimos que ir a recoger un encargo y mi amigo Manolón se estacionó a pocos metros de la casa que fue de mi mamá, dondo vivió gran parte de su vida (unos 60 años). En esa casa viví yo desde que tenía 4 años, hasta los 28 cuando me casé con una magnífica mujer chilena que había efectuado sus estudios aquí en Lima.

Cuando murió mi mamá, hace poco menos de dos años, mi hermana y yo decidimos vender la casa que había cobijado nuestros más íntimos secretos y nuestros juegos de niños. Mientras esperaba a que Manuel volviera, me pasaron por la cabeza recuerdos de mi niñez y alocada juventud. No sé qué pueden haberle hecho los nuevos propietarios a la casa por dentro, pero por fuera está exacta a como la dejamos.

Ahí están sus 20 ventanitas en el frontis, donde mi madre ponía igual número de macetitas con flores, que por dentro daban al comedor. Era en realidad una fiesta de colores. Luego la sala, que tiene una chimenea que prendíamos en invierno, y junto al fuego los juegos y conversaciones se hacían interminables. Mi papá nos había mandado a hacer unos palitos de fierro de unos 80 cm de largo con mango de madera para asar marshmellows al fuego. El tipo era un genio de la inventiva. Ya les contaré de él más adelante.

La chimenea estaba en la sala, que daba a un jardín muy bien cuidado por mi madre y más atrás el departamento que mi mamá le construyó a mi hijo mayor, Paulo César.

Ahí estaba yo sentado en el auto mientras Manolón se fue a comprar, recordando, soñando despierto, mientras veía pasar algunas conocidas caras, eternas embajadoras del barrio que, al reconocernos, nos saludamos con una pequeña venia. La calle, las caras, los árboles, la fachada de la casa que seguramente pasará a ser un enorme y lujoso edificio.

Todo ahí como una postal. Todo, menos mi madre, que se ponía afuera en la puerta a esperar día a día que yo llegara del colegio, y hasta que tuve 60 años, pues me esperaba en el mismo lugar cada vez que la llamaba para avisarle que iba a visitarla. Recuerdos...



El comedor y las 20 ventanitas con sus macetas.

La chimenea

La sala, el jardín como fondo y más atrás el departamento donde vivió mi hijo Paulo. Gracias Polly por haber aportado las fotos que acompañan este post.

miércoles, 30 de marzo de 2011

¿Presidente o presidenta?

Entre los candidatos a la presidencia del Perú, hay dos mujeres. En sus respectivos anuncios políticos contratados, tanto televisivos como en los otros medios, se refieren a "Fulana de Tal, presidente", y no "Fulana de Tal, presidenta".

A pesar de que un querídisimo colega blogger sostiene que no es la Biblia, buscando y rebuscando entre sus tantísimas entregas, encontré una muy interesante explicación al respecto, que me permito reproducir.

Debo anotar que lo publicado por Esteban, que así se llama este blogger al que yo le digo maestro, es a su vez una opinión del señor W. Molina, que el mismo Esteban también reproduce.
He recibido hace pocas horas un comentario a un post que publiqué hace ya tiempo, bajo el título "El buen hablar".

Procedo a reproducir aquel nuevo enfoque al tema, porque creo que da para opiniones discrepantes, en el entendido que la Real Academia ha autorizado usar expresiones como las objetadas en el interesante análisis de nuestro lector.

En consecuencia, abro debate.

...esto es una excelente leccion de como se debe hablar y usar correctamente la lengua Castellana...leccion que yo necesitaba y aprecio mucho...quizas ustedes ya saben todo o parte de esto. si es asi, perdonen la redundancia.

CVM CULTURA GENERAL... En español, el plural en masculino implica ambos géneros. Así, que al dirigirse al público, NO es necesario (ni correcto) decir “mexicanos y mexicanas”, “chiquillos y chiquillas”, “niños y niñas”, etc., como el Presidente Vicente Fox puso de moda y hoy en día otros ignorantes (políticos y comunicadores) continúan con el error.

Decir ambos géneros es correcto, SÓLO cuando el masculino y el femenino son palabras diferentes, por ejemplo:“mujeres y hombres”, “toros y vacas”, “damas y caballeros”, etc. Ahora viene lo bueno: Detallito lingüístico... ¿Presidente o presidenta? –Aprendamos bien el español y de una vez por todas: ¿Presidente o presidenta?En español existen los participios activos como derivados verbales: Como por ejemplo, el participio activo del verbo atacar, es atacante. El de sufrir, es sufriente. El de cantar, es cantante. El de existir, existente.¿Cuál es el participio activo del verbo ser?:

El participio activo del verbo ser, es "ente". El que es, es el ente. Tiene entidad.Por esta razón, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega la terminación 'ente'.Por lo tanto, la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, inependientemente de su género.Se dice capilla ardiente, no ardienta. Se dice estudiante, no estudianta. Se dice adolescente, no adolescenta. Se dice paciente, no pacienta. Se dice comerciante, no comercianta.

La Sra. Cristina Fernández de Kirchner

Y ahora en Venezuela, con eso del socialismo, también el presidente Chavez, hace uso de estas barbaridades.Un mal ejemplo sería:La pacienta era una estudianta adolescenta sufrienta, representanta e integranta independienta de las cantantas y también atacanta, y la velaron en la capilla ardienta ahí existenta.Qué mal suena ahora Presidenta, ¿no? Es siempre bueno aprender de que, como y por que estamos hablando.Caso contrario en Chile, donde lo aplican bien:- la Sra. Bachelet es Presidente.

Pasemos el mensaje a todos nuestros conocidos latinoamericanos, con la esperanza de que llegue a la Casa Rosada y a Miraflores, para que esos ignorantes e iletrados hagan buen uso de nuestro hermoso idioma.

Atentamente, W. Molina Licenciado en Castellano y Literatura(y no en Castellana y Literaturo)

En lo que estoy totalmente de acuerdo.


lunes, 28 de marzo de 2011

Mama Inés

Este post es parte de la serie Recuerdos.

Dentro de muy poco tiempo cumpliré 62 añitos, y me asaltan una serie de recuerdos de una vida bien llevada. No me quejo.

Hace un par de días recordaba a la mama Inés. Se denomina mama a las damas que en otros países latinos se les conoce como nanas. Entró a trabajar a la casa cuando yo tenía 4 años. Era una mujer muy guapa, de pelo largo, medio encrespado que siempre llevaba suelto. Delgada, muy delgada diría yo. Sus ojos, grandes como almendras, te miraban fijo cuando hablaba. Su piel tenía un color canela, curtida por el sol de Chiclayo, ciudad donde nació, ubicada a unos 800 km al norte de Lima. Con su padre había trabajado en la chacra, ayudándolo a recoger naranjas.

Era huérfana de madre, quien falleció cuando Inés era muy, pero muy niña. Tenía hermanos, como 7. Aunque nunca los conocí a todos, me hablaba de ellos como si los viera todos los días.

Cuando llegó a Lima, fue directo a trabajar como camarera a la pensión de la señora Anita, que estaba ubicada frente a mi casa. Luego de un año se pasó a trabajar con nosotros. El motivo nunca lo supe.

Apenas llegó a casa establecimos una relacion de cariño y amistad, junto con mi hermana Rocío. Los tres éramos inseparables. Inés se ocupaba de prepararnos los alimentos. Realmente cocinaba delicioso, al nivel que los amigos siempre querían ir a comer a la casa. Pasaban los años, íbamos creciendo, hacíamos de todo junto con ella: ir al parque, a jugar, nos acompañaba a los cumpleaños de primos y amigos, etc.

Cuando salía a la calle, se metía al baño como media hora antes, y salía maquillada como si se fuera a un matrimonio. Armábamos el árbol y el pesebre en Navidad y cuando llegaba el verano, nos íbamos al club.

Cuando Rocío y yo crecimos, caminábamos por distintos lugares y no salíamos con la misma gente. La mama Inés se fue quedando casi sin nosotros. Se dedicó mucho a sus cuatro hijos. A mí me pidió ser padrino de bautizo del primero, cosa que consideré un honor.

Al llegar a la adolescencia mi hermana y yo, le confesábamos nuestros amores locos, y ella muy seriamente nos aconsejaba, dejando en cada palabra un pedacito de su vida. Ya de grandes, mi hermana contrajo matrimonio primero que yo.

Y nació Jean Pierre, el primer nieto de mis padres, mi primer sobrino y, por supuesto y para felicidad de mi hermana, en engreído de Inés, que se convirtió así en su mama. Hasta que JP creció, pero siempre la siguió tratando, al igual que todos nosotros, como mama Inés.

Lo que hasta ahora me da pena es que nunca fuera mama de mi hijos. Es decir, nunca los cuidó como a nosotros y a JP, pero siempre estaba con ellos cuando podía. Así que también aprendieron a decirle mama Inés. Hasta mis amigos y los de Rocío la trataban con mucho respeto. Incluso los amigos de mi mamá tenían hacia ella un trato muy amable y cariñoso.

Cuando mi padre se fue, quedaron solas en la casa mi madre y la mama Inés. Se hicieron muy amigas, aunque a veces las peleas entre ellas por tonterías, tonterías para mí pero importantísimas para ellas, eran de campeonato. Todo terminaba con la mama Inés amenzando con irse, cosa que nunca hizo.

Y así pasaron 52 años. 52 años que pasaron volando. 52 años viviendo con nosotros, cuidando a nuestros hijos mientras cuidaba a los suyos, que habían nacido en mi casa. Y también acompañando a mi mamá en medio de risas y lágrimas.

Solamente una vez se fue de la casa, directo al hospital. Tenía 75 años. No volvió más. La mama Inés se había ido a acompañar a dos de sus hijos, que se le adelantaron, para estar juntos con taita Dios y cuidando a los angelitos allá en el cielo.

Curiosamente me he enterado por ahí que ellos también le dicen mama Inés.

Primer post de la serie Recuerdos. Los siguientes están agrupados acá.