sábado, 21 de mayo de 2011

La visita de las primas

La soledad no se hace tan sola cuando uno la pasa bien.

El dia anterior había recibido un emilio (una de las formas de decir e-mail) de mis primas que decía más o menos así: "las dos estamos en Lima y queremos visitarte. Dinos cuáles son tus mejores horas para ir a tu casa". Como las pastillas para el Parkinson me ponen como si no tuviera nada entre las 8:00 y 9:30 de la mañana, les contesté que podían venir a tomarse un desayunito a las ocho "cualquiera de estos días". Y me despreocupé del tema.

La verdad pensé que sería una hora dificilísima para las tres hermanas (una vive en Lima, otra en Canadá y la tercera en EEUU). Al día siguiente, como todos los días, a las 7:30 am. encendí la computadora y me encontré con un mensaje que me dejó frío "...espéranos hoy para un desayunito a las ocho...".

Se me cayeron los pantalones del susto, no había preparado nada para las tres lindas damas que venían a visitarme. Además, no había siquiera quién les abriera la puerta, pues la enfermera me deja en una silla fija, y me quedo solo como hora y media en que viene la chica que trabaja en mi casa, que dicho sea de paso es muy colaboradora y eficiente.

Pensé: "no te preocupes, no van a venir. Es imposible que vengan". No había terminado de pensarlo, cuando escuché el timbre de la puerta. Entró Víctor, el encargado del edificio donde vivo y que tiene llave de la puerta para cualquier emergencia, quien me dice: "doctor, tiene usted visita...".

La pasamos estupendo, entre risas, recuerdos, fotos, preguntas, respuestas, más fotos, tour por todo el departamento comentarios, no chismes... En fin, estoy segurísimo de que pasamos un momento feliz... ¡Y hasta hubo desayuno!

Mil gracias queridísimas primas por tan linda visita. Ojalá que se repita...


domingo, 8 de mayo de 2011

Una visita a mamá

Acabo de llegar del templo donde estan las cenizas de mi mamá. Fui para hacerle una visita, pues hoy en el Perú se celebra el Día de la Madre. Como vivo solo, y la chica que me acompaña se fue de viaje, me llevó Silvia. Después de empujar la silla de ruedas a lo largo de 15 cuadras, llegamos al lugar. Ahí no existen rampas y, además, como está ubicado en un sótano, hay que bajar por una escalera de dos pisos.

Existe un ascensor, pero la silla de ruedas no entra porque es muy chico.

Agradezco a Silvia, al anónimo joven que me cargó para poder entrar al ascensor sin la silla y que me sostuvo hasta que llegamos, a la señora anónima que, viendo que no podía bajar en un primer momento, oró conmigo por el alma de mi madre. También le agradezco al otro señor anónimo que se encargó de bajar la silla de ruedas y luego subirla por las escaleras. Con la ayuda de personas que nunca en mi vida había visto, logré llegar donde se guardan los restos de mi mamá.

A eso se le llama SOLIDARIDAD.

¡Feliz Día de la Madre!

lunes, 2 de mayo de 2011

Se busca anillo real

Esta vez vi el real matrimonio en una transmisión realizada por un canal inglés, en vivo y en directo, en compañía de una amiga. Fui parte de esos millones de personas que apreciaron el matrimonio del príncipe Guillermo y de la plebeya Kate.

En lo que a mí respecta, me gusta ver este tipo de ceremonias pues soy curioso, crítico y burlón. Además siempre sucede algo fuera de lo común. Como esa invitada a la que se le salió el zapato a la entrada del recinto y se escondió en un rincón para ponérselo de nuevo, y que fue ponchada durante tres segundos por el camarógrafo de la cadena de TV que transmitía el real acontecimiento. Es muy posible que la señora vestida de blanco sea esposa de algún conde, marqués o cualquiera de ellos y que al caballero que la filmó lo hayan trasladado a Afganistán para realizar un corto sobre cómo se coloca las botas la viuda de Bin Laden, y al director de cámaras le hayan otorgado una medalla por haber cambiado de plano al instante y no dejado expuesta a la susodicha al chisme del pueblo y comentariode la realeza

Las cosas que me llamaron poderosamente la atención sucedieron durante la colocación de las alianzas matrimoniales. Cuando Guillermo le puso el anillo a Kate tuvo que jalarle el dedo a la novia y usar toda su fuerza para que el anillo le entrara. Me pregunto cómo es posible que después de diez años de novios, el buen príncipe no supiera la talla de la bella Kate. La otra posibilidad es que el anillo fuera prestado por alguna de las damas invitadas.

El segundo incidente fue que la novia no tuvo la oportunidad de colocarle el anillo al novio, simplemente no se lo puso. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Acaso los anillos se perdieron en el trayecto? ¿Quién llevaba consigo los anillos, para entregárselos al oferente de la ceremonia? ¿O se los robaron? Pues estaban hechos de oro puro de no sé cuantitos kilates, provenientes de una roca de oro de la que se dice que salieron los anillos de boda de todas las princesas.

Ante estos dos incidentes, hay una serie de rumores. Mejor dicho, solamente del segundo, porque al primero lo ignoran, no dicen nada, pues pudiera ser que efectivamente el buen Guillermo no sea muy pródigo y no haya querido comprar el anillo de bodas a la novia.

Sobre el segundo incidente -en el cual la novia no le pone el anillo al novio- la versión, al parecer oficial es que como el príncipe es piloto de la Real Fuerza Aérea, ¡no usa anillo para evitar que se le enganche la mano con algún comando de la nave! Y como consecuencia, el novio, y por consiguiente los demás ocupantes de su aeronave, se sacarían la cresta a la primera de bastos. Interpretando esa noticia, en adelante tendré que revisar las manos a los pilotos de los aviones comerciales, a ver si tienen algún anillo puesto, reloj o cadena (cosa que si tienen). No vaya a ser que suceda lo que podría sucederle a don Príncipe duque de Cambridge.

Mi tesis es que los anillos se perdieron, o se los sacaron del bolsillo del olvidadizo Henry (que dicho sea de paso, andaba vestido con un uniforme oscuro, lleno de tiras doradas, y que a mi modo de ver se portó como un gran hermano, y un perfecto padrino contándole los incidentes al oído a su mayor mientras la novia entraba al templo). Simplemente, como se dice aca en el Peru'se tiraron los anillos en un toque'.