martes, 27 de noviembre de 2012

El bombardeo en su apogeo

Mientras se acerca el Día D, 25 de diciembre, o para mejor decir, la noche del 24 de diciembre, o el 6 de enero, o la noche del 5 de enero (Día D en otras latitudes), los bombardeos son cada vez más frecuentes y cada vez más intensos.

El Viejito Barbón de Rojo con distintos nombres (Santa Claus, San Nicolás, Papá Noel, Viejo Pascuero, Pere Noel, Babbo Natale, Weihnachtsmann, Pare Noel, etc) aparece colmando todas las frecuencias televisivas y radiales. No hay un solo producto que no se recomiende a través de él: "Compre y llévese", "Compre y participe en el sorteo", "Compre y ahorre". La palabra clave es COMPRE, seguido de un LLÉVESE usado con todos los sinónimos posibles en imperativo. Y si va entre exclamaciones, tanto mejor.

¿Y en qué quedó la Navidad? ¿El "espíritu navideño" no ha pasado a ser más que una fórmula para organizar fiestas donde se emborrachan hasta los mozos encargados de servir los plalos y las copas, pues los mozalbetes andan bajándose las botellas desde semanas antes.

Nadie recuerda el nacimiento del que para muchos es Dios hecho hombre, nadie recuerda el pesebre, nacimiento o belén (según el lugar). Esta mancha de muchos catalogados como crisitanos han distraído totalmente el espíritu del nacimiento de su Dios. Me pregunto si eso pasa con los que siguen a Mahoma, a Buda, a Confucio, a Yavé. ¿Habrá Papá Noeles budistas? Esto dicho con el mayor de los respetos, que no se me malinterprete.

Se ha vuelto costumbre la elaboración del árbol, generalmente un pino, que puede ser de plástico, papel, madera, etc. A su alrededor, los productos conseguidos a través de la campaña del "¡Compre y llévese!" De vez en cuando se escucha, a cuatro semanas de la Nochebuena o del 5 de enero, el ruido ensordecedor de los cohetes que va en aumento conforme se acerca la fecha. Hay quienes con envidiable poder adquisitivo compran regalos para todo el mundo. Y hay quienes no tienen para regalarle un pan a sus hijos.

Y se va acercando lo que para todos debería ser una noche de paz, alegría, esperanza, amor y no una ocasión de tristeza, soledad, añoranzas, peleas y tensiones.

El otro día, al pasar por la puerta del Correo, encontré accidentalmente dos sobres dirigidos al Viejito Barbón de Rojo. Todavía estoy pensando si transcribirles su contenido, amables lectores. A mí se me hizo un nudo en la garganta cuando lo leí.

Denme unos días para pensarlo y decidir si publico o no lo que descubrí al leer ambas cartas.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Comenzó el bombardeo

Si, se inició el bombardeo de publicidad. Dos meses antes, el enemigo está dispuesto a atacar y nosotros sin nada con qué defendernos. El enemigo ya inició su campaña teniendo como principal objetivo a los niños, y ya empezó a dirigir sus baterías contra uno en especial, alcanzándolo en cualquier momento con un proyetil asesino que terminara con él, el  mismísimo día de su nacimiento ¿O tal vez antes?

Para nada importa el verdadero significado de la fecha, lo único que hay es una meta: vender la mayor cantidad de productos posibles, sin importar lo que se celebre o recuerde el 25 de diciembre o el 6 de enero según el caso.

Y disfrazados de un viejito simpaticón con una vestimenta color rojo y blanco, colores de una bebida multinacional de poder infinito, de larga y canosa barba, sale  desfilando como soldado por la tele, por la calle, creando a los niños pobres ilusiones, ofreciéndoles bicicletas, pelotas, patines, muñecas, casas de muñecas etc alimentando los sueños de criaturas inocentes que jamás podrán conseguir algo de lo ofrecido porque sus padres no tienen cómo pagarlo. Crisis de mierda dicen muchos, mientras por la TV y todos los medios se incrementan las ofertas, siempre con el viejito de larga barba blanca como personaje principal de la epopeya, con mensajes que se repiten cada día con más frecuencia. Los vendedores de ilusiones pasan por encima de la larga línea divisoria entre los niños pobres y los que tienen recursos suficientes.

Es entonces que la línea de la pobreza se convierte en una línea de moral, pues me parece una inmoralidad ofrecer lo que jamás se va a poder tener. Y entonces se desnudan tradiciones: "no, hijo, no tienes lo que has pedido, pues la verdad es que somos nosotros, tus padres, los que damos los regalos". Y mientras se lo decimos a nuestros hijos, hay que convencerlos de que para otra vez será, quizá sea el próximo año cuando recupere el trabajo que perdí. Entonces, ahí resucitarán el Niño, los Reyes y el viejo Santa, que no tienen la culpa de haber sido usados con fines perversos. Feliz Navidad si es que hay regalos, y si no te los doy, te conviertes de una sola en un niño con el corazon encallecido porque desapareció su ilusión.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Las señoras de las pulgas

Hace 39 años, en un balneario cercano, al norte de Lima, se reunían unas 15 damas con la finalidad de desarrollar una idea: ayudar al prójimo de una forma diferente a los tipos de ayuda de entonces. Una forma de ayuda no asistencialista, como era la costumbre de la época.

Decidieron enfocar su apoyo a niños de escasos recursos económicos con sindrome de Down, retardo común y deficiencia auditiva. Todo niño con estas características se vería beneficiado con la muy especial ayuda que decidieron brindar estas caritativas damas.

Empezaron su obra dentro del balneario vendiendo cosas regaladas, y así pudieron estas buenas 15 señoras construir un colegio para que 15 niños tuvieran educación especializada con la finalidad de prepararlos para la vida y que, a la larga, pudieran tener una ocupación que les permitiera generar sus propios ingresos.

Y así lograron su primera obra: edificar un colegio que lleva el nombre del padre Quitapenas, el curita que les había aconsejado cómo canalizar sus intenciones de ayudar, pues tenía conocimiento de la situación de algunos niños con las características señaladas.

Las señoras decidieron llamar a su obra el Mercado de las Pulgas. Un mercado de pulgas es un lugar en donde encuentras objetos usados, antigûedades, de buena calidad, a buen precio. Es una "denominación de origen". En España se le conoce como "rastro", en Monastiraki y Plaka, en Atenas se le llama "mercado de las pulgas" (¿tal vez por influencia francesa?) al igual que al mercado de Saint Ouen en París. En estos mercados es válido el famoso regateo, ellos te dan un precio tú ofreces otro y el precio final se consigue de común acuerdo. Por lo visto es una práctica antiquísima esto del mercado de pulgas, que se remonta a la Grecia Antigua.

En este específico Mercado de las Pulgas, uno va y deja sus cosas antiguas, cosas finas de todo tipo, que estas buenas señoras venderán en un mercado que dura unos cuantos días al año. Al cabo de esos días, las señoras dan cuenta de lo vendido y entregan el dinero a quien dejó sus artículos, previa deducción de un porcentaje que usan para sus obras de bien. Siempre han funcionado en distintos locales, y en la actualidad hay gente que les presta casas o locales enormes para que tanto las señoras como los compradores tengan toda la comodidad necesaria.

A la fecha, estas extraordinarias mujeres con una capacidad de trabajo fenomenal y un corazón del tamaño de una catedral, han mandado a hacer los colegios e institutos de rehabilitación exclusivamente para niños con esas tres características. En 39 años han servido a la comunidad construyendo obras tan modernas que tienen rampas, asientos para discapacitados, instalaciones especiales en donde se desarrollan, se curan y se rehabilitan.

Son ya miles los niños beneficiados con esta obra de bien, pues así como salieron del balneario original y llegaron a Lima, de la capital peruana se han extendido a otras ciudades del interior del país. Su primer paso fuera de Lima ha sido a 200 km al sur, en Chincha. Han llegado a ser reconocidas por el Congreso Nacional hace algunos años.

Estas señoras, que ahora son alrededor de 130, dejan de lado sus quehaceres diarios y sus casas para atender sus labores en el Mercado de las Pulgas. El mercado está dividido por secciones: cuadros, joyas, platería, adornos, etc. Y hay un grupo de señoras por cada sección. Creo que más que pulgas, trabajan como hormigas.

Dejo constancia de que no menciono nombres de manera individual pues creo que todas y cada una de estas encantadoras damas merecen el mismo reconocimiento de todos nosotros por la labor que realizan. Y nuestro mismo agradecimiento.

En estos días está en pleno funcionamiento. Para los que puedan, les recomiendo que se den una vuelta y adquieran productos de calidad. De paso, estarán ayudando a niños que se lo agradecerán. Este año, las encuentran en la Av. Javier Prado Oeste 1915, San Isidro.

¡El mejor de los éxitos para estas encantadoras señoras!