Esta vez vi el real matrimonio en una transmisión realizada por un canal inglés, en vivo y en directo, en compañía de una amiga. Fui parte de esos millones de personas que apreciaron el matrimonio del príncipe Guillermo y de la plebeya Kate.
En lo que a mí respecta, me gusta ver este tipo de ceremonias pues soy curioso, crítico y burlón. Además siempre sucede algo fuera de lo común. Como esa invitada a la que se le salió el zapato a la entrada del recinto y se escondió en un rincón para ponérselo de nuevo, y que fue ponchada durante tres segundos por el camarógrafo de la cadena de TV que transmitía el real acontecimiento. Es muy posible que la señora vestida de blanco sea esposa de algún conde, marqués o cualquiera de ellos y que al caballero que la filmó lo hayan trasladado a Afganistán para realizar un corto sobre cómo se coloca las botas la viuda de Bin Laden, y al director de cámaras le hayan otorgado una medalla por haber cambiado de plano al instante y no dejado expuesta a la susodicha al chisme del pueblo y comentariode la realeza
Las cosas que me llamaron poderosamente la atención sucedieron durante la colocación de las alianzas matrimoniales. Cuando Guillermo le puso el anillo a Kate tuvo que jalarle el dedo a la novia y usar toda su fuerza para que el anillo le entrara. Me pregunto cómo es posible que después de diez años de novios, el buen príncipe no supiera la talla de la bella Kate. La otra posibilidad es que el anillo fuera prestado por alguna de las damas invitadas.
El segundo incidente fue que la novia no tuvo la oportunidad de colocarle el anillo al novio, simplemente no se lo puso. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Acaso los anillos se perdieron en el trayecto? ¿Quién llevaba consigo los anillos, para entregárselos al oferente de la ceremonia? ¿O se los robaron? Pues estaban hechos de oro puro de no sé cuantitos kilates, provenientes de una roca de oro de la que se dice que salieron los anillos de boda de todas las princesas.
Ante estos dos incidentes, hay una serie de rumores. Mejor dicho, solamente del segundo, porque al primero lo ignoran, no dicen nada, pues pudiera ser que efectivamente el buen Guillermo no sea muy pródigo y no haya querido comprar el anillo de bodas a la novia.
Sobre el segundo incidente -en el cual la novia no le pone el anillo al novio- la versión, al parecer oficial es que como el príncipe es piloto de la Real Fuerza Aérea, ¡no usa anillo para evitar que se le enganche la mano con algún comando de la nave! Y como consecuencia, el novio, y por consiguiente los demás ocupantes de su aeronave, se sacarían la cresta a la primera de bastos. Interpretando esa noticia, en adelante tendré que revisar las manos a los pilotos de los aviones comerciales, a ver si tienen algún anillo puesto, reloj o cadena (cosa que si tienen). No vaya a ser que suceda lo que podría sucederle a don Príncipe duque de Cambridge.
Mi tesis es que los anillos se perdieron, o se los sacaron del bolsillo del olvidadizo Henry (que dicho sea de paso, andaba vestido con un uniforme oscuro, lleno de tiras doradas, y que a mi modo de ver se portó como un gran hermano, y un perfecto padrino contándole los incidentes al oído a su mayor mientras la novia entraba al templo). Simplemente, como se dice aca en el Peru'se tiraron los anillos en un toque'.
Y siguió con un concierto
Hace 2 semanas
Dejando a un lado tus interesantes observaciones y centrándome en el tema de fondo, creo que no me gustaría vivir con 20 camarógrafos siguiendo cada uno de mis pasos. Creo que una vida anónima es más feliz. Recuerdo que una vez Valeria Mazza dijo que uno de sus deseos era pasar desapercibida.
ResponderEliminarY hay gente que muere y mata por la fama. Irónico, ¿no?
¡Qué "copuchento" y farandulero eres! jeje, mi querido Cyrano, jamás lo hubiese imaginado.....
ResponderEliminarCreo que Guillermo había dicho que no usaría anillo. No me extraña, nadie ignora que soltero no es. Mi marido tampoco lo usa desde que lo perdió un mes después de casados. Y por largas temporadas tampoco yo lo he hecho.
Oye, Uds también hablan de "sacarse la cresta". Mi consuegra argentina dice que está sorprendida de lo parecido de los términos y usos de las palabras entre los peruanos y los chilenos, no así con ellos que se diferencian un poco más. Me gusta en todo caso la coincidencia.
Saludos
AleMamá: desde un principio dije que era curioso, crítico y burlón. Eso me hace un espadachín más humano A los copuchentos les decimos chismosos acá. Así que también tengo algo de chismoso (el pueblo chismea, la clase alta comenta, je, je) como todo buen mosquetero también, trato de usar la espada, el mosquete y la pluma y eso me diverte muchísimo.
ResponderEliminarEn cuanto al término "sacarse la cresta" es un chilenismo que no se usa en el Perú. Yo lo uso porque estuve casado 17 años con una dama chilena, porque viví en Chile y porque allá tengo a mis tres hijos mayores y un nieto y otro por venir. Eso hace que use términos que escucho y leo todos los días.
Ampliando la explicación de Cyrano, en el Perú decimos "sacar el ancho".
ResponderEliminarCyrano madrugaste? o lo viste en diferido? Yo también lo vi por partes. Lo del anillo dijeron que como la novia de los nervios había estado con insomnio durante la noche anterior eso hace que se hinche uno (no sabía), y por eso no le entraba el anillo, esto lo dijeron en el canal español Antena 3. Yo no había escuchado eso de "sacarse la cresta". Ant. tampoco usa anillo, lo dejó en algún baño antes del mes de casados.
ResponderEliminarGabriela: no hay cosa más fea que vivir perseguido por paparazzis y otros seres parecidos. Es como la maldición de los famosos. Están expuestos a que se haga público cualquier detalle de su vida personal.
ResponderEliminarQuerida Lía: mi chismosería no llega a tanto. Lo vi en diferido de 2 pm a 8:30 pm, hora de Lima a través de la BBC Entertainment. Mi anillo de matrimonio era un denario que utilizaba como rosario. Cuando nos separamos, se lo regalé a mi hijo Rodrigo.La explicación de por qué uso el término "sacarse la cresta" se la he dado a AleMamá. Significa sacarse el ancho, como sostiene Gabriela en su segundo comentario.
ResponderEliminarHola Cyrano:
ResponderEliminarMe conformé con ver un resumen en el noticiario de la noche. En verdad y respetando todas las opiniones, las realezas y sus matrimonios no me motivan.
Esteban querido: a mí me es totalmente irrelevante la realeza y sus novedades. Mi motivación va por otro lado. Como mi pluma no es todo lo jocosa que pretende ser, me da la impresión de que no me he expresado bien y que no he sido capaz de transmitir mi espíritu burlón y la ironía que yo pensé que le imprimía a mis palabras. Mi idea era hacer un contraste entre esta ostentación de gente con sombreros rarísimos que deben ser carísimos y los niños de mi país, entre otros muchos lugares, que literalmente se mueren de hambre y de frío.
ResponderEliminarCreo que para la próxima dejaré de lado la sutil ironía (que no me sale) y seré más claro, porque lo mismo me pasó con AleMamá.
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ResponderEliminarEl sombrero de Camilla era mas grande que un parasol de playa - A parte que habían otras matronas con trajes mas ridículos y accesorios tan aparatos que las hacían lucir mas feas que la hipotenusa al Cuadrado!
ResponderEliminarEn cuanto a la ironía, yo conseguí captarla Cyrano, tal cual tus intensiones; tu estilo burlón se encarga de contrastar la materialidad superflua y ostentosa de la ocasión; no hay nada que cambiar. La cachetada a la pobreza perpetuada por la boda quedo bien puesta!
Cesar:Gracias por tu comentario y por captar la ironia.
ResponderEliminarun abrazo