jueves, 16 de septiembre de 2010

Bicentenarios

Latinoamérica está de fiesta, en estos meses varios países cumplen el Bicentenario de sus independencias.

México está aún celebrando el acontecimiento con, yo diría, un desfile magistral. Ojalá que sus problemas en cuanto a la seguridad de sus ciudadanos se vean superados con nuevas estrategias que permitan vivir en armonía a los hermanos mexicanos. Felicitaciones y a triunfar contra esas bandas que actúan con tanta facilidad, odio y violencia. Solo queda decir un fuerte: ¡viva México!

Otro país que cumple su bicentenario es la República de Chile, país vecino que este 18 de setiembre celebra sus 200 años de independencia. Levantamos nuestras espadas y saludamos también a ese pueblo hermano, a toda su gente, parientes y amigos que tan bien se portaron al recibirme en la época en que Fujimori cerró el Congreso Peruano. En esa época, yo era diputado y acababa de dejar el puesto de Presidente de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, y recién me habían elegido como miembro de la Directiva en el puesto de Pro Tesorero de dicha Cámara. En eso ocurrió el autogolpe de Fujimori.

Perseguido por la dictadura, tuve que emigrar a Chile con mis 3 hijos y con su madre, que es chilena. Nos fuimos a vivir a Santiago, a una pequeña casa en un lugar muy atractivo llamado Las Condes. A los dos meses conseguí trabajo en la Comisión Sudamericana de Paz. Luego pasé a trabajar al PNUD. Tres de mis cuatro hijos viven allá. Uno de ellos está casado con una dama chilena y ya me dieron mi primer nieto.

Desde Lima, un fraterno saludo al pueblo chileno por tan importante efemérides.

3 comentarios:

  1. Curioso, ¿no? Dos países tan distantes geográficamente, hace exactamente 200 años dieron un importante paso en su camino a ser estados independientes.
    Un saludo también desde Lima.

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  2. Como uno de los 17 millones de habitantes de Chile, (proporción insignificante, por cierto) tomo la voz, en todo caso, y digo gracias por el homenaje.

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  3. Un saludo con mi espada en alto,como se merecen las damas como tu.Bienvenida Marta y gracias por entrar al blog de Cyrano.

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