Heme aquí, aquí heme, como diría un estupendo cómico peruano hace ya algunos años.
Estoy vivo. Permanecí oculto un tiempito, pensando en mí y en los demás. Y he llegado a la conclusión de que no es bueno estar oculto, así que estoy de vuelta, listo para seguir contando mis historias cotidianas, para leer los blogs de mis buenos amigos y de recibir las buenas vibras que siempre son útiles.
Nada más. Cyrano ha regresado.